PHOEBE SCHLESINGER

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Mi vida amorosa era simplemente inexistente desde hace ya muchísimo tiempo, y aunque con el tiempo había aprendido a superar la muerte de Grace, seguía sintiendo que mi corazón no había encontrado el lugar correcto, ni siquiera cuando Grace estaba a mi lado, y me costó muchísimo darme cuenta de eso. Supongo que encontrar el amor verdadero era más complicado de lo que aparentaba.

𑁋Recuerda respirar, Bart 𑁋me dijo Anne en el momento en que detuvo el auto frente a la enorme entrada cercada repleta de oficiales de seguridad.

Uno de los hombres se acercó a la ventanilla del auto, me observó de manera seria y luego miró a la china a mi lado.

𑁋Oh, señorita Von Doith, no la reconocí.

𑁋Hola, Milo, buenos días 𑁋saludó Anne al hombre, y la enorme cerca se abrió de par en par, dándonos la vista de una de las viviendas más impresionantes que había visto en mi vida. En realidad, eran dos, una más grande que la otra, pero ambas igual de impresionantes.

Avancé hasta donde Anne me indicó y apagué el auto aun sin poder creer la magnitud del lugar.

La casa bien podía ser una mansión, estaba seguro de que lo era, el bosque era tan amplio que simplemente era imposible ver hasta donde terminaba, y el lago era algo increíblemente espectacular. A lo lejos, logré observar una edificación bastante grande, además de una piscina un poco más detrás de la segunda casa antes de llegar al lugar desconocido.

𑁋Bueno, bienvenido a Schlesingerlándia 𑁋bromeó Anne una vez estuvimos fuera del auto. Todo era tan amplio y lujoso que no tenía idea de hacia dónde mirar.

Nos encaminamos a la entrada principal de la casa más grande, y dos segundos antes de poder acercarnos lo suficiente, un Theo emocionado y sonriente apareció corriendo hacia nosotros tomando en sus brazos a Annabeth, levantando su cuerpo del suelo y entre risas, besándola en el camino.

No pude evitar sonreír ante tal escena. Si bien, los conocía desde hacía ya mucho tiempo, seguía sintiendo esa pequeña punzada de celos cada vez que los veía, eran la pareja perfecta de eso estaba seguro.

𑁋 ¿Tú no me vas a dar un abrazo? 𑁋preguntó Theo de pronto sacándome de mis pensamientos.

𑁋Claro, pero no te besaré de esa manera 𑁋le dije entre risas y él soltó una pequeña carcajada antes de abrazarme en saludo.

𑁋Gracias por ayudarla estos días, de verdad te debo una 𑁋dijo palmeando mi espalda, tomando la mano de su prometida 𑁋. Bueno, bienvenido a mi hogar.

𑁋Este lugar se ve increíble 𑁋solté mientras miraba todo a mi alrededor prácticamente embobado.

Theo nos invitó a pasar, y la entrada principal me dejó aún más sin palabras de lo que ya estaba, si es que eso era posible. Los candelabros que colgaban de los altos techos parecían hechos con plata pura, había cuadros en las paredes, algunos gigantes que perfectamente se llevaban la mitad del tamaño de la pared, y otros más pequeños colocados estratégicamente para verse elegantes y lujosos. Había jarrones con flores prácticamente sobre cada mesa y las escaleras dobles frente al lobby principal daban una ilusión de majestuosidad inaudita.

𑁋Mamá está en la cocina, vamos.

Sentí mis manos temblar por unos segundos hasta que ingresamos a lo que Theo había llamado cocina, pero bien podría entrar otra casa dentro de esa cocina. Había tres personas dentro, dos de ellas llevaban uniformes gastronómicos, y la mujer en la encimera leía miles de libros al mismo tiempo mientras le daba indicaciones a otra de las mujeres en uniforme.

𑁋 ¡Anne! Querida, ¿cómo estás? 𑁋la mujer saludo a Annabeth y no tuve que mirarla dos veces para darme cuenta que se trataba de Angeline Schlesinger.

Bart, Schlesinger ExtrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora