Capítulo 17

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Al llegar al Santuario del amor todo era muy lindo, las luces lo iluminaban todo, de hecho hay unas tiendas donde venden amuletos y otra que vende manzanas de caramelo entre otros dulces.

—¡Souta-kun! ¡Viniste! —se acercó a nosotros una chica rubia con ojos marrones, se me hacia conocida de alguna manera. Y también me preguntaba de qué conocía al peli azul.

—Hola. —respondió el con un poco de desinterés.

—Y bueno, ¿cómo estás? —dijo la rubia ignorando mi presencia por completo y abrazando al peli azul.

—Bien, con mi novia. —respondió echándola a un lado, para tomar mi mano y recalcar la última palabra.

Yo me quedé unos segundos pensando y la rubia me miró mal, al darme cuenta hablé. —Hola...—me daba hasta miedo el respirar, nunca me habían mirado como ella me estaba mirando. Literalmente me fulminaba.

—Un gusto, soy Isamu, me suenas, ¿te conozco de algo?

—¿I-Isamu? —dije boquiabierta.

—¿Quién eres tú?

—Ryuguji Mei. —respondió Souta por mi. Me quedé helada, no sabía que responder, tampoco si echarme a correr o simplemente quedarme ahí, tal vez ella no lo recordaba pero yo sí.

—Así que eras tú, Mei, te eche de menos. —dijo sonriendo, era una sonrisa perversa, como en aquel entonces. —Hacia un tiempo que no te veía, estas irreconocible.

—¿Os conocéis? —preguntó el peli azul.

—Si, soy amiga de Chiyoko, la hermana de Aiko, ¿no le conoces?

Souta no respondió, el ya sabía toda la historia, supongo que le di pena por unos segundos, la rubia insistió.

—¿Quieres ir a conocer a Aiko? —miró a Souta y luego a mí, estaba siendo muy cruel. — ¿No se lo vas a presentar? Aiko estará muy triste de que tengas un nuevo novio.

Ni siquiera era mi novio pero sé que Aiko estaría feliz por mí.

—Mei vámonos, hoy vinimos a estar felices y solo nosotros dos, ¿no? —dijo Souta tirando de mi mano.

–¿Feliz? Aiko también quería ser feliz, pero no pudo, una verdadera pena.

—Sólo cállate ya.

—Qué maleducado, Mei no sé como puedes estar con alguien así.

—Déjala en paz, ella no te hizo nada.

Ellos siguieron hablando mientras yo pensaba en Aiko y en los años que estuvieron acosandome Chiyoko y Isamu, entre otras chicas, ciertamente la mayoría de chicas que se pusieron en mi contra fueron rechazadas por Aiko en su momento.

Solo desearía irme ahora mismo, esto es muy incómodo.

—Si me disculpas me voy con mi novia. —finalizó Souta y me alejó de ella.

—Gracias... —murmure.

—¿Estás bien? No le hagas caso ¿si? Vinimos a pasarlo bien, olvida todo eso, cariño. —me abrazó y yo correspondí, me pareció muy tierno ese nuevo apodo que me había puesto.

—Gracias Souta.

Me quedé mirando al suelo en silencio, realmente tengo ganas de hacer algo que me haga olvidarme de Aiko por unos minutos al menos. Yo le quiero muchísimo, y siempre lo haré pero duele que se haya ido y me dejara aquí, pensando en él todos los días.

De alguna manera sé que el dolor no va a desaparecer, a fin de cuentas estuvimos juntos casi toda la vida, es imposible que al pensar en él no me sienta mal.

ꜱᴏᴜᴛᴀ ᴋᴀᴡᴀᴛᴀ x ᴏᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora