ꜱᴏᴜᴛᴀ ᴋᴀᴡᴀᴛᴀ x ᴏᴄ

Capítulo 18

—Oye Mitsuya... ¿Dónde nos escondemos?

—Ah.. Ven por aquí. —agarró mi mano y seguidamente tiró de esta llevándonos a una de las aulas del colegio abandonado. Todo, claramente, estaba sucio y había mucho polvo por todos lados.
Aún con la linterna tenía miedo, Mitsuya iba delante de mí entonces detrás de mi todo estaba oscuro y aparte hacía mucho frío.

Me recuerda a la vez que jugué a las escondidas con Nahoya pero en ese momento si había luz y no estábamos en un colegio abandonado.

—Nos podemos meter aquí. —señaló un armario lo suficientemente grande para una persona pero según yo, muy estrecho para los dos.

—¿Crees que cabemos? —pregunté colocandome a su lado y echando un vistazo dentro del armario.

—No creo a menos que te pongas muy cerca de mí, eso o buscamos otro sitio, tampoco quiero que estés incómoda.

—Ah no te preocupes, igual no queda tiempo y ya sabes lo bueno que es Baji jugando a las escondidas.

—Menos mal que estamos jugando solo en la primera planta, luego buscamos un sitio más cómodo ¿si? Lo siento de verdad.

—No importa, sólo date prisa Mitsuya. —escuchamos un ruido y habían dos opciones, era Baji o un espíritu que quiere matarnos. Le hice señas a Mitsuya para que se metiera.

—Ya, ya voy. —le echó un último vistazo al armario y se metió dentro, era más estrecho de lo que creía, yo mientras vigilaba que no viniera nadie.

—Mei venga, entra. —susurró.

—V-voy.. —entre junto a él, estábamos muy cerca debido a lo estrecho que era, aunque agradezco que no haya tablas y éste casi vacío. —Mitsuya cierra la puerta.

—Ah si.. Perdón. —podía apreciar como sus mejillas comenzaban a estar sonrojadas, supongo que por la cercanía que teníamos ambos o por el calor que producía esta cercanía, y estar en un armario.

Al cerrar la puerta estuvimos en silencio solo escuchando nuestras respiraciones aceleradas. Ambos nos mirábamos sin comentar nada para que no nos pillasen.

Poco después, a los cinco minutos más o menos escuchamos otro ruido.

—Mitsuya tengo miedo.

—No te preocupes, seguramente solo es Baji. —susurró cerca de mi oído. —Solo espera un poco más, vamos a ganar.

—Como digas...

—¿Tienes frío?

—Un poco pero no te preocupes, no es nada. —Y sin decir nada pasó un brazo por encima de mis hombros y me acerco a él dándonos un abrazo.

Mitsuya era un gran chico, me alegraba tenerle como amigo. Pese a no hablar mucho con él diariamente, era agradable su presencia.

Pasaron unos minutos más y seguíamos abrazados, pero solo porque yo tenía frío.

—¡Los encontré! —gritó Baji de golpe y haciendo que yo casi gritara. Mitsuya me tapó la boca con su mano antes de eso.

—Lo hizo para ver si reaccionamos, solo mantente callada. —susurró en mi oído y asentí.

—Mentira si los encontré, nada mal. —dijo el pelinegro abriendo la puerta del armario junto a Nahoya que traía su teléfono apuntandonos y Peyan que solo nos miraba.

—¿Qué hacían? —preguntó Peyan.

—Intentando que no nos encontraran ¿qué más crees? —respondió Mitsuya aún con su mano en mi boca.