I

7.1K 348 208
                                        

°·_Juego_·°

Siendo aproximadamente las seis de la mañana, cierto niño se encontraba cambiando y alistando sus cosas rápidamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siendo aproximadamente las seis de la mañana, cierto niño se encontraba cambiando y alistando sus cosas rápidamente. Su madre estaba durmiendo al lado suyo, por lo que trataba de ser cuidadoso. Mochila, pelota, guantes, al estar completamente listo le dio un beso en la frente a su madre, y despidiéndose salió lo más rápido posible de la habitación.

Agarró algo de plata para comprarse su desayuno, y ya se encontraba corriendo en la pista fuera de su hogar.
Desde ya días atrás que había acostumbrado a salir de su casa muy temprano para jugar un rato antes de irse a la escuela, permitido por su madre, ya que era una rutina que no hacía que llegara tarde a la escuela.

Se encontraba caminando en medio de la nada, hasta que escucho alguien llamarlo.

—¡Tomioka, ven aquí! —Sabiendo de quién se trataba detuvo su andar para voltear a ver de donde provenía la voz, y allí estaba, su amigo sonriendo con el brillo característico en sus ojos —Apurate...

Fuyô Kamado, hijo de Kanao Tsuyuri y Tanjiro Kamado, compañero de juegos de Sabito Tomioka, hijo de Shinobu Kocho y Giyuu Tomioka, puesto así en honor al mejor amigo de Giyuu, se conocieron desde hace no más de un mes en su escuela y ambos se hicieron amigos por lo parecido de sus historias, puesto que, sus padres habían muerto en una batalla por salvar la humanidad.

Ambos allí contaban con nueve años de edad aproximadamente, con la diferencia de que Tomioka era mayor por meses, y Kamado le era mayor en estatura y grandeza. Sabito conservaba el color de los ojos de su madre y la forma de su padre, teniendo su cabello negro igual, mientras Fuyô tenía los ojos y cabellos totalmente burdeos, dando a conocer que, no había heredado mucho de su madre.

Siempre se reunían a esa hora para jugar un rato ya que, más tarde siempre había mucha gente y a ellos no les gustaba eso.

—¿Cómo has estado? ¿Tienes algo que contar? —Pregunta el pelinegro mientras va caminando junto a él.

—¡Sí! ¿Sabías sobre el juego de la papá y la mamá?

—¿El que?

—El papá y la mamá, ayer me encontré a dos chicos besándose en el baño de mi colegio.

—¡¿Dos hombres?!

—Sí, no grites —Agrega indicandole silencio. Se acerca a su oído y empieza a susurrar. —Era extraño y curioso, pero no me acerqué a ellos por vergüenza... Sólo que más tarde también vi a otra pareja besarse en el parque, y esta vez me acerqué.

—¿Y qué te dijeron?

—Se pusieron incómodos, e incluso su cachetes estabn rojos, pero me dijeron que sólo estaban jugando 

—¿Jugando?

—Si, al papá y a la mamá, uno de los d os hacía el hombre y el otro de mujer, me dijeron que estaba de moda ¿Cómo no me enteré antes? —Rechisto levantando su mirada.—¿Jugamos?

Buscando SustituirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora