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°·_Conocer_·°

No lo sabían.

Fuyô apenas había averiguado del tema y Tomioka creía todo lo que su madre le decia, la duda los estaba matando vivos, estaban asustados, asi que ahora ambos se encontraban corriendo hacia la casa de Hashibira, ya que su madre; Aoi, era la que más les había caído bien. No, no es cómo si el resto de madres sean malas, pero apenas salían de sus casas y Aoi se había ganado su confianza.

—Espera... —En medio de su corrida, Fuyō se detiene. —A mi me dijeron que los hombres no pueden embarazarse, ¿no crees que tú mamá se confundió?

—Ella nunca se confunde. 

—Siento que sí, ven, mejor preguntemosle a esos dos chicos .—Dice tomando su mano y guiandolo hacia ellos —Ellos se estaban besando ese día, si lo que dice tu mamá es verdad, uno de ellos debe estar embarazado. —Susurra

Tomioka asiente.

Se acercan cautelosamente a ellos, y al llegar a estar cerca dan una reverencia para después comenzar a hablar; —¿Uno de ustedes está embarazado? —Pregunta el burdeos.

Uno de los chicos empieza a reirse fuertemente mientras el otro tapa su rostro avergonzado.

—¿Ustedes son pareja verdad? — Pregunta ésta vez Tomioka.

—Hey, ninguno de nosotros está embarazado —Responde el joven evitando la última pregunta —, y los hombres no pueden embarazarse, es imposible.

—¿Vez? Tu mamá se confundió Tomioka.

—¿No están muy pequeños para hacer ese tipo de cosas? —Dice ahora el otro chico —¿Sus padres están de acuerdo? ¿Son conscientes?

—¿Que? —Se muestra confundido el burdeos —No te entiendo pero, yo te vi besandote con él —Dice señalando a su acompañante y haciéndolos sonrojar. —Y quise jugar eso con Tomioka, nuestras madres no saben eso, ¿por qué tendrían que estar de acuerdo si es un juego?

—No puede ser, —El joven suspira y cubre su cara con una de sus manos en manera de desaprobación.—Aver aver, es mejor que ya no jueguen a eso si no quieren tener problemas, nosotros no somos pareja y ya debemos irnos —Agrega tomando de la mano a su acompañante y empiezan a alejarse —Adiós.

—Estoy más confundido... 

—Yo también... —Habla el pelinegro.

—Pero ya, mañana nos encontramos en la feria. Me dijeron que habrá un puesto dónde traeran animalitos, yo te llamo ¿Vale?

—¡Bueno! Adiós y... lo siento por el malentendido.

—No te preocupes —Suelta riendo —Creo que cualquiera hubiera creido eso. —Agrega y se va corriendo. 

«Pero que estúpido fui»

«Pero que estúpido fui»

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