II

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°•_Negacion_•°

Faltaba poco más de treinta minutos para que las clases comenzaran, y Tomioka con Kamado se encontraban jugando en el parque aún. El peli negro pidió que empezaran el juego del «papá y la mamá» mañana en la tarde para que así no los vieran, ya que no habían clases, y Fuyô aceptó gustoso, aunque él quería que todos se enteraran de que también iban a jugar «El juego que estaba de moda», pero si se negaba Tomioka no iba a jugar, así que lo único que le quedaba era aceptar sus reglas.

-Espera espera... Se supone que yo soy el hombre, yo debería poner las reglas.

-Sisi, pero hablamos mañana de eso... -Dice susurrando

-Bueno... -No quedaba de otra.

Estuvieron jugando con la pelota un rato más, y luego de ello se dirigieron al colegio. No quedaba tan lejos de allí, tan sólo a tres cuadras, y eso era bueno, por que debían pasar por unos amiguitos en el camino también.

-Agatsuma, ¿ya estás lista? -Gritaba el peli burdeos tocando suavemente la puerta de su casa.

-Voy, voy -Respondió la menor mientras bajaba las escaleras y abría la puerta rápidamente para después darle un fuerte abrazo al mayor. -¡Hola! ¿Vamos por Hashibira?

-¡Claro! -Responde sonriente -Cuanto me encantaría que la menor Rengoku también pudiera venir con nosotros. -Agregó tomando su mano.

Hisoka Agatsuma, hija de Zenitsu Agatsuma y Nezuko Kamado, era cuatro años menor de Fuyō y Sabito. Azumi Rengoku, hija de Senjuro Rengoku y la más menor de todos, con apenas tres años, que aún no podía ir al colegio.Todos habian acostumbrado a llamarse por sus apellidos y no por sus nombres, ya que querían honrar la memoria de sus padres. Katsu Hashibira, hijo de Aoi Kanzaki e Inosuke Hashibira, menor por tres años, y entre ellos tambien estaba Dakemi y Genya Shinazugawa, hijos de Sanemi Shinazugawa menores por dos años.

A Fuyo y a Sabito, les gustaba mucho cuidar de los menores por lo divertido que era, aparte de que sus padres le pedían esos favores. A sus cortos nueve años de edad habían ganado confianza de mayoría de personas y encantados cumplían los encargos. Siempre pasaban en las mañanas casa por casa para irse juntos.

Tras unos momentos de recoger a todos de allí, se encontraban agarrados de las manos, contando algunos chistes

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Tras unos momentos de recoger a todos de allí, se encontraban agarrados de las manos, contando algunos chistes. Los Shinazugawa eran los más enérgicos de todos, mientras que Hashibira era el más callado.

-¡Llegamos! -Grita Tomioka señalando el colegio. -Vayan a su salón con cuidado -Dice y alborota los cabellos de los menores para después darles sus mochilas. Todos empiezan a entrar alocados.

Kamado suspira. -¡Se ven tan bonitos!

-No lo puedo negar.

Empiezan a entrar al colegio haciendo firmar sus agendas, y el peli negro caminaba delante del peli burdeos, quien trataba de tomar su mano sin tener éxito. Sabía lo que tramaba.

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