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HOLA, HOLA BELLAS, ¿QUÉ TAL ESTA SORPRESA? EL PRIMER CAPÍTULO DE PUBLIO AL FIN EN WATTPAD. CABE DESTACAR QUE LA HISTORIA COMENZARÁ HASTA QUE ACABE LA DE TERRY. 

SIGANME EN INSTA PARA ESTAR AL PENDIENTE DE LAS NUEVAS HISTORIAS Y LEER UNOS CUANTOS ADELANTOS: @sofiadbaca 

¡BESOS Y BUENA LECTURA! DIGANME QUÉ LES PARECIÓ EN LOS COMENTARIOS.

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Publio Hamilton era sin dudas un hombre que destacaba por no querer llamar la atención, su tendencia a desaparecer y las pocas ganas que tenía en participar en las interacciones sociales lo hacían parecer un hombre extraño, ensimismado y, para muchos, terrorífico.

Los transeúntes solían observarlo mientras caminaba por las calles con su muy acostumbrado paso acelerado, un semblante grave que impedía que alguien se acercara y ojos vibrantes; siempre preso en algún pensamiento que era mejor no interrumpir, puesto que, a pesar de que el hombre podía y era capaz brindar toda su atención a la interrupción, muchos preferían evitar la férrea mirada de aquel caballero parecía devorar el alma de las personas y deducir mucho antes el significado de sus palabras y partes ocultas del discurso.

—Hijo... —sonrió Annabella al verlo entrar a Sutherland.

—Madre, necesito encontrar a mi padre, ¿dónde está?

—Creo que en su despacho... —Annabella lo miró de arriba hacia abajo y se escandalizó—. ¡Estás sangrando cariño, deja que...!

—Gracias madre, tomaré cuidado de ello después.

—Pero Publio —lo siguió—, estás herido.

—Estoy bien madre —la miró intensamente—, pero sería mejor que me dejaras hablar con mi padre a solas.

Annabella lo miró con desaprobación, pero asintió.

—Mandaré a que te lleven instrumentos de curación.

Publio asintió gravemente y siguió su camino hacia el despacho, metido en sus pensamientos y recapacitando las situaciones que había presenciado en aquella pequeña disputa en la que se había visto envuelto, en realidad, no pensó que terminaría de esa forma, pero las cosas se habían suscitado así.

—Padre —entró sin tocar al despacho de Thomas Hamilton.

—Hijo —Thomas se puso en pie y lo miró—. Estás herido.

—He encontrado uno de los cuarteles, lastimosamente, no iba preparado correctamente para una captura.

—¿Heridos de gravedad?

—Lesionados, pero ya han sido tratados.

—Dices que encontraste uno de los cuarteles... ¿Cuál?

—Cerca de Edgware, es otro subterráneo, he logrado contabilizar a trece personas allá abajo, viven como ratones y no me sorprendería que incluso se reproduzcan ahí—Publio se sentó y miró su brazo herido—, tiene que haber una razón.

—Te arriesgaste demasiado, ¿Te han reconocido?

—Lo dudo, parece que toman como rutina disparar a cualquiera que pase a quince metros de ahí, lo cual, de hecho, fue por lo que nos guiamos hasta el lugar, demasiados heridos en una misma zona.

Thomas asintió y caminó por el lugar, volviéndose a su hijo.

—¿Ha salido la bala?

—Sí.

El corazón de Publio HamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora