ATTE: MYG [Min Yoongi]

10. ¿Amigos?

MYG

Intentar concentrarme en otra cosa era imposible, pero era mi culpa, nadie me obligó a llevar a mi ex sobre mis piernas.

—¿Alguno de ustedes quiere pasar al baño?

—Yo —casi todos los chicos hablaron—.

—Nos detendremos en unos minutos, prepárense para bajar.

Apenas Jin estacionó la camioneta, todos salieron, dejándome solo con __________ aún sentada en mi.

Solté un pequeño quejido al ser golpeado por la chica mientras intentaba acomodarse, y, al parecer se dió cuenta e intentó darse la vuelta.

—¿Estás bien?

—Si, tranquila.

Ella se quitó de encima mío y miró hacia otro lado, evitando que pudiera verle la cara.

—¿Con quién quedaste de verte? —pregunté algo nervioso—

—¿Eh?

—Hace rato... dijiste que ibas a ver a alguien.

—Oh, eso. Era una excusa.

—¿Para?

—¿De verdad no lo sabes? —negué— Dios Min, fue porque yo no quería venir. Este era tu viaje, no entiendo porqué me invitaron junto a Jun.

—Alto... te dije que no me llamaras por mi apellido.

—¡Eso no importa ahora!

—A mi si me importa.

—Min.

—__________.

La chica suspiró frustrada, provocando que soltara un pequeña carcajada.

—Basta, quedamos es que no me llamarías "Min".

—Me arrepentí.

—De acuerdo, haz lo que quieras.

Fingí estar molesto, por lo que crucé mis brazos y miré hacia la ventana a mí lado.

No planeaba dirigirle la palabra si ella no lo hacía antes, aunque fuí sorprendido al sentir como __________ pellizcaba una de mis mejillas sonriente.

—Dentete —me quejé, aunque ella no se detuvo— ¡Dije que te detengas!

—Bien —rió y volvió a pellizcarme—.

Sonreí: —Vamos linda...

Ambos nos vimos sorprendidos, y al instante nos ignoramos.

¿Por qué dije eso?

—Saldré a fumar.

Ni siquiera escuché respuesta de su parte, solo salí apresuradamente, intentado hacer que el ardor en mis mejillas bajara.

A lo lejos pude ver a los chicos reunidos en un pequeño círculo. Hoseok fue el único que me vió y se acercó a mi.

—¿Vas a fumar? Estamos a punto de irnos.

—Ah, no... no lo haré.

—¿De verdad? —Hoseok se sorprendió— Entonces, ¿por qué saliste?

Levanté ambos hombros, intentado hacer que me ignorara, pero el aún parecía curioso.

—Traquilo, si pasó algo puedes contarme. No diré nada.

—Entra al auto ya o vete —sugerí "amablemente"—.

No dijo algo más cuando ya estaba entrando. Suspiré.

Iba a sacar la cajetilla de cigarros, aunque por alguna extraña razón... de verdad no quería fumar.