ATTE: MYG [Min Yoongi]

19. Coincidencias

MYG

Mientras más analizaba la situación... más confuso era.

—Entonces, ¿creen que ella esté cerca?

—Lo dudo —negué—, estoy seguro que ya la hubiéramos visto por aquí.

—La chica que conociste, ¿cómo era?

La chica interrogaba a Seo-joon cada que tenía oportunidad. Él se veía frustrado.

—¿Quieren que vaya por la vecina para comprobar si es ella o qué?

—Ya, dejemos de hablar sobre ella.

—Min, esto es importante.

Me levanté del sofá y caminé hasta mi cuarto, en dónde me tiré a la cama boca abajo.

Sería mucha coincidencia que ella viviera cerca, o en este edificio. Eso de verdad sería increíble, y no en el buen sentido.

Intenté acomodarme en mi cama y dormir, pero los pensamientos nublaban mis ganas de descansar.

...

—¿Piensas faltar solo por un dolor de garganta?

Mi amigo asintió levemente: —También me duele la cabeza y estómago.

—Está bien, descansa. Yo avisaré en el estudio.

Salí de casa y tomé el ascensor, hasta llegar al estacionamiento.

Peiné mi largo cabello hacia atrás, hace tiempo debí ir a cortarlo. Siempre se me olvida.

No entendía por qué, pero desde que salí de casa, tuve un mal presentimiento. Supuse que se debía a mi falta de sueño, aún seguía cansado.

El día estaba siendo muy aburrido; la mayoría del trabajo ya estaba hecho y solo quedaban pocas cosas por hacer.

Subí al techo del edificio a fumar, hacia frío, por lo que mis manos estaban rojas y adoloridas.

Cómo pude, saqué mi teléfono y marqué el número de mi amigo.

—Hola Yoongi —se escuchaba feliz—.

—Hola. ¿Que tal las cosas allá?

—Nada interesante. Por cierto, ¿te enteraste que __________ está allá?

—Ya lo sabía.

—¿Cómo?

—Su amigo lo mencionó.

—Gracias por contarnos.

—Lo siento, solo...

Interrumpió: —Oh, creo que debo colgar.

—¿Estás bien?

—Luego te contaré. Adiós Min, cuídate.

Ni siquiera me dejó despedirme, ya había terminado la llamada.

De nuevo bajé al estudio. Creo que trabajar sin Seo-joon lo hizo aburrido.

...

Estaba agotado, en realidad no hice mucho, pero sentía que iba a morir. Presioné el botón número 3 y esperé a que la spueryas se cerraran.

Caminé lentamente hasta la puerta de mi casa e introduje el codigo de acceso.

—Min, estás aquí.

Mi amigo caminó rápidamente hasta mi.

—¿Aún tenemos vendas?