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Jay tomó su mochila que contenía algunas de sus pertenencias dentro y salió corriendo de su habitación sintiendo su corazón latir con fuerza por lo feliz y emocionado que se encontraba.

Agradeció tanto internamente porque el cumpleaños de la señora Lee se haya cruzado en esos días pues al ser fin de semana harían un viaje familiar al cual Jay estaba invitado y había obtenido permiso para ir, después de todo su madre no podía negarse a dejarlo ir cuando la mamá de HeeSeung había ido incluso a su casa para convencerla y cuando ya había obtenido el permiso de su padre.

Bajó corriendo las escaleras mientras escuchaba a su madre hablar animadamente con la de HeeSeung. A pesar de su evidente desagrado por HeeSeung, Jay sabía que su madre era amiga de la señora Lee y para ella la imagen que le daba an ella era de lo más importante.

- Ya estoy listo- dijo al mismo tiempo que movía sus pies con nerviosismo, quería salir de ahí lo más rápido posible.

Su idea de fin de semana perfecto siempre incluía a HeeSeung así que por ello mismo se emocionó tanto como le fue posible cuando lo vio entrar a la casa y no pudo evitar lanzarse a abrazarlo.

Habían pasado tan solo tres días después de que fue a verlo pero lo había extrañado como nunca.

- Si, bueno yo soy la del cumpleaños- comentó la señora Lee dando un claro reclamo al sobre porque HeeSeung recibía un abrazo antes que ella.

Jay comenzó a reír y se acercó an ella abrazandola.

- Feliz cumpleaños, Señora Lee- le entregó una pequeña cajita dorada para después volver a correr hacia donde estaba HeeSeung.

- Oh Jay, eres tan tierno, ¿no es eso muy lindo?- preguntó la señora Lee a la mujer detrás de ella quien sonrió tratando de ocultar las ganas que sentía de separar a su hijo de aquel chico cuando los veía abrazarse con tanta confianza-. Bien, es hora de irnos. Lo cuidaremos bien, estará aquí el domingo por la noche.

Después de que subieran las cosas de Jay al auto el chico regresó para despedirse de su madre.

- Jay.

El chico se giró lentamente al escuchar aquella voz... por favor dios, no.

Yuna saltó hacia él envolviendolo en sus brazos y Jay sintió como su sangre se helaba, ¿qué hacía ahí?

Observó el bolso en la mano de Yuna cuando esta se separó de él junto a la maleta de la chica y trató de sonreír.

- ¿Q-Qué haces aquí... amor?- su voz sonaba temblorosa.

Dio una mirada rápido al auto donde la madre de HeeSeung observaba la situación y HeeSeung parecía querer salir corriendo de ahí.

- Tu mamá me invitó al spa, bebé- sonrió Yuna mientras acariciaba una mejilla del chico y después de dejar un beso en los labios de este se separó-. Dijo que no estarás así que será fin de semana solo de chicas.

Jay sonrió ampliamente sin poder evitarlo.

- ¡Eso es genial, si, diviertanse mucho, adiós, cuídense!- salió corriendo tan rápido como le fue posible después de abrazar a Yuna quien tan solo rió y se despidió de él con la mano.

Jay subió al auto y después de que ellas entraron a la casa la mamá de HeeSeung se giró hacia su hijo.

- ¿Quieres ir atrás? Aquí adelante va tu tía- le sonrió y HeeSeung la miró.

- A mi me gusta aquí, ella puede ir atrás.

- No. No puede- la mujer lo miró abriendo un poco más los ojos y después con su cabeza señaló hacia atrás tratando de que su hijo entendiera la señal.

- Ven aquí- Jay se asomó por el espacio entre los asientos-. Tu tía me cae bien pero ella es extraña.

- ¿Lo ves? A Jay le incomodarla ir con la tía Judy así que cambiate- la señora empujó a HeeSeung con sus dos manos quien se quejó y bajó del auto cambiando de asiento.

- No puedo creer que saques así a empujones a tu propio hijo- a penas HeeSeung puso ambos pies dentro del auto este comenzó a moverse por lo que el chico cerró rápidamente la puerta-. ¡Mamá!

Tanto la señora Lee como Jay comenzaron a reír a lo que HeeSeung los miró mal a ambos pero después le fue imposible no sonreír cuando observó como el chico sacaba un pequeño estuchito de su mochila y lo abria dejando ver broches para el cabello en forma de fresas.

- ¿Me los pones?- preguntó entregándole el estuche a HeeSeung quien asintió.

- Ven- hizo señas con sus dos manos para que Jay se acercara lo cual hizo y cerró sus ojos mientras sonreía.

HeeSeung comenzó a tomar esos mechones de cabello que cubrían los ojos del chico pasándolos hacia atrás y atorandolos con los broches.

Observó el rostro de Jay tan cerca del suyo y sonrió, era tan bonito que sentía su corazón volverse cálido siempre que estaba cerca de él.

- ¿Ya terminaste?- Jay abrió los ojos haciendo que HeeSeung saliera de sus propios pensamiento y comenzara a reír.

- Te ves muy tierno- sonrió colocando el último-. Ya está.

- Gracias- Jay se acomodó en el asiento guardando su estuche y abrazando la mochila tratando de ocultar el sonrojo en sus mejillas.

- ¿Todo bien?- el pelinegro se acercó colocando una mano en una mejilla de Jay.

- Si- el pelirosa ocultó aún más su rostro.

-¿Y por qué estás tan rojo?

- ¡HeeSeung!- se quejó levantando la mirada-. Mira, ayuda a tu tía Judy con sus cosas- señaló a la mujer que salía de su casa con dos bolsos grandes, a decir verdad ni siquiera se había dado cuenta cuando se habían detenido.

HeeSeung comenzó a reír y bajó del auto yendo hacia donde estaba su tía para ayudarla a llevar aquello.

Jay escondió una vez más su rostro, ¿en realidad aguantaría aquellos días con HeeSeung sin sentir que su corazón se saldría por su boca? No estaba seguro de aquello pero tampoco era como si le molestara, estar con HeeSeung era su definición de felicidad.


n/a; lmao, hola

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