Arisa es una chica de 14 años, una enfermedad le arrebató a su madre cuando era muy pequeña, por lo que esta situación la ha hecho madurar antes de tiempo, viviendo bajo la sombra de su hermana que según ella, su hermana mayor es una señorita perfec...
Quería advertirles que este cap contiene escenas subiditas de tono, pero no llegan a ser +18 porque no se describen con lujo de detalles, si no te gustan estas escenas saltate el comienzo del cap, pero por favor no denuncies la historia, hay quien se dedica a denunciar este tipo de cosas solo porque no son de su agrado y repito no es +18, esta historia ha avanzado bien y no quiero tener que dejarla
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Mi pulso se aceleró por su cercanía, ya había hecho esto antes, pero me tomó por sorpresa al hacerlo ahora, justo como la primera vez.
Ginm se había abalanzado sobre mí, haciéndome pegar la espalda sobre las sábanas grises, con sus pies a cada lado de mis muslos hacía presión para que no me levantara. También sujetaba fuertemente mis manos.
-Bien, veamos esas cejas- La diversión marcada en su tono me dio escalofríos, iba hacerlo de nuevo, todo se estaba repitiendo, no podía dejarlo salirse con la suya esta vez.
-Suéltame Ginm o te pateare- Solté esa amenaza mientras me removía para safarme, pero no lo conseguiría tan fácil.
-Pasas de estar depresiva a agresiva, umm...me da curiosidad saber a que otros estados puedes cambiar- Se estaba burlando de mí nuevamente y aunque tuviera algo de razón, me molestaba porque con él cambiaba mucho mi actitud.
Me relajé ideando un plan para escapar de la prisión de su cuerpo, si lo tomaba desprevenido podía empujarlo, pero no creo que sea suficiente para apartarlo del todo, incluso pensé en patearlo de verdad.
Mientras él apartaba los mechones de mi frente. Lo observé con atención y las caricias que sus dedos estaban provocando en mi frente fueron bajando hasta llegar a mi mejilla y luego más abajo a mi barbilla.
Nuestros ojos se encontraron y por un momento olvidé mis pensamientos de sacarlo de encima y me perdí en sus ojos, con el pulgar acarició mi labio inferior, el gesto envió pequeñas descargas por mi cuerpo.
Él dejó mis ojos para mirar mis labios y todo brillo de diversión desapareció de su rostro para dejar paso a una expresión atontada, no entendía el porqué.
Estaba disfrutando de la caricia que le daba a mi labio, pero esa era la oportunidad perfecta, enlace una pierna con la suya muy despacio, esperé un momento y luego me solté rápidamente de la mano que enjaulaba las mías para empujarlo a un lado.
Hice que su espalda cayera con fuerza en el colchón y sintiendo la misma diversión que él al lanzarme a mi, me coloqué sobre él, sujetando sus brazos.
Aunque si él quisiera puede derrivarme fácilmente, pero no lo hizo, el asombro estaba plasmado en su rostro impidiendo que realizara algún movimiento.
