Sus ojos, se veían hermosos mirándome fijamente, me estaban enloqueciendo, me estaban alejando de la realidad, haciéndome fantasear con su dueño, apoderándose de mi mente y de mis sentidos.
Un cuerpo se interpuso entre esa persona y yo, rompiendo el hechizo de nuestras miradas.
-Feliz cumpleaños chica lectora- Daril, el chico de los libros, estaba frente a mi, se encontraba perfectamente peinado y con el uniforme impecable.
-Hola Daril- Le saludé y le ofrecí algo de la mesa- Estas bebidas están muy buenas-
-Me serviré un poco, pero antes quiero darte esto- Extendió algo envuelto en un papel común y corriente, pero se encontraba perfectamente doblado formando un sobre muy curioso.
Lo sostuve y dejé caer en mi mano lo que guardaba, era una especie de colgante, un sencillo hilo sujetaba algo extraño, pero su forma me era familiar, no recuerdo que era.
-Es un regalo, sé que no es nada digno de una persona rica y refinada como tú, pero he observado la pulsera artesanal que llevar y hice esto con una concha marina que guardaba, como el océano está lejos de aquí, pensé en que te gustaría tener una, sino es así puedes rechazarlo- Dijo demasiado rápido como siempre, atropellando las palabras.
-¿Es una concha marina?- Por eso se me hacía familiar, pero como nunca he visto ninguna no estaba segura, nunca he ido a la playa o a ver el mar de lejos, nunca he salido de este pueblo y aquí no hay costas.
-Si, la traje conmigo porque me relaja observarla-
-Daril no puedo aceptarla si es importante para ti- Le dije con la intención de devolvérsela.
-Tranquila, tengo un montón- Metió sus dedos en el cuello de su camisa y sacó un colgante con una concha parecida- Si lo aceptas, será nuestro símbolo de amistad-
Él parecía tan alegre y seguro, era muy dulce de su parte y de inmediato comencé a apreciar este regalo.
-Muchas gracias, es un detalle muy bonito- Me coloqué el colgante, quedaba muy bien con la gargantilla de la rosa-Me lo quedaré, este será nuestro símbolo de amistad-
-Me hace feliz escuchar eso- Él sonrió y comenzamos a hablar de otras cosas, contándome de cuando el coronel casi lo atrapa entrando al segundo piso y me sentí muy a gusto con su compañía.
Observé disimuladamente el lugar donde había visto a Ginm, pero ya no estaba, me decepcionó un poco, quería volver a verlo, ni me fijé en su atuendo concentrada en sus ojos.
-¿Arisa me escuchas?- Preguntó Ginm sacándome de mis pensamientos.
-Ah...si-
-¿Algo te preocupa? Puedes contarme- ¿Eh?¿Contarle? No puedo hacer eso, que va a pensar de mí, si le cuento que me he enamorado del prometido de mi hermana.
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Un Cambio Inesperado
RomanceArisa es una chica de 14 años, una enfermedad le arrebató a su madre cuando era muy pequeña, por lo que esta situación la ha hecho madurar antes de tiempo, viviendo bajo la sombra de su hermana que según ella, su hermana mayor es una señorita perfec...