Capítulo 19

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Sus ojos, se veían hermosos mirándome fijamente, me estaban enloqueciendo, me estaban alejando de la realidad, haciéndome fantasear con su dueño, apoderándose de mi mente y de mis sentidos

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Sus ojos, se veían hermosos mirándome fijamente, me estaban enloqueciendo, me estaban alejando de la realidad, haciéndome fantasear con su dueño, apoderándose de mi mente y de mis sentidos. 

Un cuerpo se interpuso entre esa persona y yo, rompiendo el hechizo de nuestras miradas. 

-Feliz cumpleaños chica lectora- Daril, el chico de los libros, estaba frente a mi, se encontraba perfectamente peinado y con el uniforme impecable.

-Hola Daril- Le saludé y le ofrecí algo de la mesa- Estas bebidas están muy buenas-

-Me serviré un poco, pero antes quiero darte esto- Extendió algo envuelto en un papel común y corriente, pero se encontraba perfectamente doblado formando un sobre muy curioso.

Lo sostuve y dejé caer en mi mano lo que guardaba, era una especie de colgante, un sencillo hilo sujetaba algo extraño, pero su forma me era familiar, no recuerdo que era.

-Es un regalo, sé que no es nada digno de una persona rica y refinada como tú, pero he observado la pulsera artesanal que llevar y hice esto con una concha marina que guardaba, como el océano está lejos de aquí, pensé en que te gustaría tener una, sino es así puedes rechazarlo- Dijo demasiado rápido como siempre, atropellando las palabras.

-¿Es una concha marina?- Por eso se me hacía familiar, pero como nunca he visto ninguna no estaba segura, nunca he ido a la playa o a ver el mar de lejos, nunca he salido de este pueblo y aquí no hay costas.

-Si, la traje conmigo porque me relaja observarla-

-Daril no puedo aceptarla si es importante para ti- Le dije con la intención de devolvérsela.

-Tranquila, tengo un montón- Metió sus dedos en el cuello de su camisa y sacó un colgante con una concha parecida- Si lo aceptas, será nuestro símbolo de amistad-

Él parecía tan alegre y seguro, era muy dulce de su parte y de inmediato comencé a apreciar este regalo.

-Muchas gracias, es un detalle muy bonito- Me coloqué el colgante, quedaba muy bien con la gargantilla de la rosa-Me lo quedaré, este será nuestro símbolo de amistad-

-Me hace feliz escuchar eso- Él sonrió y comenzamos a hablar de otras cosas, contándome de cuando el coronel casi lo atrapa entrando al segundo piso y me sentí muy a gusto con su compañía.

Observé disimuladamente el lugar donde había visto a Ginm, pero ya no estaba, me decepcionó un poco, quería volver a verlo, ni me fijé en su atuendo concentrada en sus ojos.

-¿Arisa me escuchas?- Preguntó Ginm sacándome de mis pensamientos.

-Ah...si- 

-¿Algo te preocupa? Puedes contarme- ¿Eh?¿Contarle? No puedo hacer eso, que va a pensar de mí, si le cuento que me he enamorado del prometido de mi hermana.

Un Cambio Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora