La brisa fresca movía mis cabellos, los nervios me tenían algo inquieta. Ginm estaba aquí, en mi habiatacion, esperando una respuesta.
Ya me decidí en que decirle, me volteé hacía él y abrí los labios, para luego voverlos a cerrar, mi corazón latía fuerte y no sabía como hacer salir las palabras.
-Quiero ir contigo- Terminé por decir, aparté la vista y sentí calor en mis mejillas.
-Perfecto, abrígate que te esperaré abajo- Con eso salió muy rápido de la habitación.
Solté el aire que estaba conteniendo y busqué un abrigo largo y unas botas, también debía usar medias para cubrir mis piernas.
Una vez lista bajé sigilosamente a la planta baja, Ginm salió de la oscuridad del salón y me guío a la puerta de servicio, pero antes de salir le detuve.
-¿Y los soldados?¿No están montando guardia?- Pregunté.
-Después de una fiesta no creo que puedan estar despiertos ahora-
-Pero tu y yo lo estamos- Inquirí.
-Pero a lo mejor están ebrios, vamos hay que intentarlo- Accedí y salimos al exterior, hacía mucho frío.
Caminamos hasta atravesar el bosque, se sentía tan bien estar aquí, en verdad extrañaba salir.
Nos acercábamos a la cabaña, ninguno dijo ni una palabra hasta que entramos y Ginm me preguntó si tenía frío, para luego encender el viejo candil.
Nos sentamos en el colchón y nos cubrimos con las sabanas viejas que habían ahí.
-Extrañaba venir aquí contigo, solo no es lo mismo- Comentó.
-¿Has estado viniendo?-
-Si, casi todos los días- Y yo que creí que se la pasaba todo el tiempo con Madelaine porque él me dijo que debía pasar más tiempo con ella.
-¿Por qué no la trajiste?-
-¿A quién?- Parecía confundido.
-A Madelaine ¿A quién más?- No pude evitar decir con molestia.
-Ella no es como tú, no le gustaría este lugar-
-Pero será tu esposa, debe conocer las cosas que te gustan- Dije esta vez algo triste, un dolorcito se extendió en mi interior.
-Arisa sobre eso...- Comenzó a decir Ginm- No creo que pueda hacerlo-
-¿Hacer qué?- Miré hacia él, estaba apoyando los codos en sus rodillas, con la vista en el suelo.
-Casarme con Madelaine- Estaba escuchando bien, pero si el otro día estaba muy decidido a realizar ese matrimonio.
-No entiendo, decías que seguirías con el compromiso, por eso me pediste que...te olvidara- Mi voz se fue apagando al final de la frase.
ESTÁS LEYENDO
Un Cambio Inesperado
RomanceArisa es una chica de 14 años, una enfermedad le arrebató a su madre cuando era muy pequeña, por lo que esta situación la ha hecho madurar antes de tiempo, viviendo bajo la sombra de su hermana que según ella, su hermana mayor es una señorita perfec...