-𝔱𝔯𝔢𝔠𝔢-

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──Buenos días, Seungmin ──le saludó su madre con un beso en la mejilla── ¿Cómo dormiste?

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──Buenos días, Seungmin ──le saludó su madre con un beso en la mejilla── ¿Cómo dormiste?

──Buenos días, mamá ──contestó mientras se servía un poco de cereal en un tazón ──Dormí bien.

──Que bueno── besó su frente── Ya debo irme al trabajo, nos vemos más tarde, cielo.

──Si, suerte ── no la miró, ella agarró sus llaves, su bolso y salió a toda prisa en cuanto el claxon del auto de su novio sonó.

Seungmin terminó de desayunar, se lavó los dientes, agarró su mochila y antes de salir se vio rápidamente al espejo, una vez fuera de su casa, comenzó a caminar hacía la preparatoria. Como de costumbre, llevaba los audífonos puestos para escuchar música y hacer su camino menos aburrido. Minho había decidido llevarlo, solo que no sabía exactamente en donde vivía y por eso le había estado esperado en donde siempre se veían, no le había aviso antes, porque probablemente él se negaría, así que en cuanto lo vió caminar, comenzó a seguirlo y bajó la ventanilla del auto.

──Pequeño ──le llamó, pero este no le escuchó── Seungmin! ── volvió a llamarle y al ver que no le escuchaba decidió bajarse del auto e ir detrás de él.

Seungmin sintió que alguien le tomaba de la muñeca y el pánico se apodero de él, creyó que iban a asaltarlo, así que cerró sus ojos esperando lo peor, pero lo único que sintió fue una mano acariciando su mejilla y entonces abrió los ojos.

──¿Minho? ──se quitó los audífonos── ¿Qué haces aquí?

──Bueno, esta es la calle, ¿por qué no estaría aquí?

──Sabes a que me refiero ──rodó los ojos── Me espantaste, pudiste haberme aviso que estarías por aquí.

──Se arruinaría la sorpresa ──sonrió── ¿Quieres que te lleve?

──Uh, no...

──¿Por qué? ──frunció el ceño── ¿Prefieres caminar y sudar?

──Bueno, esta bien──se decidió, pues el sol estaba en su máximo punto. Ambos subieron al auto y Minho se dirigió hacia donde aquel, le había dicho que estaba el edificio.

──¿A caso no tienes otras cosas que hacer?

──Necesitaba verte con uniforme── sonrió enseñando su linda dentadura de conejito ──Te vez tan tierno.

── Daddy ──le regaño──Sabes que no debes venir por aquí.

──Deberías de estarme agradeciendo ──contestó sin apartar la vista de la carretera── Te salvé de caminar con este sol.

──Pues nadie te lo pidió.

Él pelinegro negó con la cabeza── A veces eres raro.

──¿Por qué?

oh, daddy ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora