-𝔠𝔲𝔞𝔯𝔢𝔫𝔱𝔞 𝔶 𝔰𝔢𝔦𝔰-

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—Si, amor, soy yo —contestó Minho al mismo tiempo que le quitaba la venda de sus ojos —Estoy aquí, te voy a sacar de este lugar

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—Si, amor, soy yo —contestó Minho al mismo tiempo que le quitaba la venda de sus ojos —Estoy aquí, te voy a sacar de este lugar.

En cuanto Seungmin le vio, las lágrimas comenzaron a salir sin cesar, estaba realmente feliz, iba a ver a su madre de nuevo, al hermanito que venía en camino, a su mejor amigo Jeongin, por fin, estaría de nuevo libre.

—Al fin... —sollozó, mientras el pelinegro le desataba las manos y los pies con cuidado de no lastimarlo, pero a pesar de eso, ya tenía demasiada marcada la piel.

Sin pensarlo, Minho abrazó fuertemente al chico mientras lloraba junto a él, en verdad llegó a creer qué nunca más lo vería y eso lo estaba matando.

—Tranquilo pequeño, estas a salvo —le dijo tratando de calmar sus sollozos, acarició su espalda suavemente y en ese momento entró Kikwang, quién los observó sin decir nada.

—Sabía que vendrías —susurró el rubio— Sabía que no me dejarías aquí.

—Nunca, amor —lo abrazó más fuerte— No iba a descansar hasta encontrarte.

— ¿Quién hizo esto, Minho? —preguntó mientras deshacía el abrazo y le miraba a los ojos— ¿Por qué?

—Voy a explicarte todo, lo prometo —contestó con nervios— Ahora debemos salir de aquí.

Kikwang se acercó a ellos tratando de no verse tan intimidante, pues lo ultimo que quería era causar miedo en su yerno, Seungmin lo miró detalladamente, se parecía demasiado a su novio y entonces se preguntó si era su padre, aunque era obvio.

—Hola Seungmin —le saludó con una sonrisa —Mientras más pronto salgamos de este lugar, será mejor.

—H-hola —saludó con un poco de timidez y asintió.

—Soy Lee Kikwang, el padre de Minho —se presentó —Es una pena que nos tengamos que conocernos así.

—Uh, señor Lee —quiso hacer una reverencia, pero Kikwang negó con la cabeza y lo detuvo.

—No tienes que hacerlo, no es necesario, ni el momento —miró a su hijo que se mantenía callado— Lo qué importa es tu salud, iremos con un medico para qué te cheque.

—Gracias —contestó el rubio y seguidamente salió de la mano junto a su novio.

Los demás ya se habían encargado de llevarse a Jisung y a Myung, con la intención de sacarles toda información sobre quién los había mandado, pero el pelirrojo no tenía ninguna intención de delatar a su padre, aún si tuviese que morir.

Lee Minho le abrió la puerta del auto a Seungmin y una vez dentro, él hizo lo mismo y sin encender el auto lo miró.

— ¿Estás bien? —negó con la cabeza— Claro que no lo estás, que imbécil soy.

— ¿Te soy sincero? —preguntó— Lo único que deseo en estos momentos es dormir, no he dormido nada bien, estoy muy cansado.

Y era verdad, se sentía cansado, pero no quería dormir, solo quería estar junto a él, que lo abrazara por mucho tiempo, quería llorar y demasiado, había sido una experiencia horrible estar secuestrado, no se lo deseaba ni a su peor enemigo, el miedo que tuvo al pensar que lo violarían o matarían fue demasiado y además de todo eso, se sentía enfermo, había vomitado muchas veces e incluso en esos momentos tenía nauseas.

oh, daddy ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora