- 𝔠𝔦𝔫𝔠𝔲𝔢𝔫𝔱𝔞 𝔶 𝔠𝔲𝔞𝔱𝔯𝔬 -

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— ¡No puedo creer que mi bebé se este graduando! —exclamó la madre de Seungmin mientras lo miraba subir al escenario a recoger su certificado

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— ¡No puedo creer que mi bebé se este graduando! —exclamó la madre de Seungmin mientras lo miraba subir al escenario a recoger su certificado.

—Lo sé, es genial —contestó Minho a su lado, mientras miraba a su novio con esa hermosa sonrisa que lo caracterizaba.

Seungmin se estaba graduando y estaba muy emocionado por eso, pues su etapa de estudiante acabaría. Por fin podría empezar a buscar un empleo y comenzar a ahorrar para su salón de belleza o eso es lo que él creía, ya que Lee Minho  ya estaba más que encargado de eso. Nadie en la escuela, más que Yang Jeongin sabían que estaba esperando un bebé y así estaba bien, no necesitaba que nadie más se metiera en su vida y en su relación con Lm, él estaba feliz y quería permanecer así, junto a su novio y su bebé.

—Muchas gracias —le dijo al director y junto a su certificado bajó del escenario a reunirse con su madre y novio.

—¡Felicidades, Seungminnie! — ella le abrazó inmediatamente— Llenas de orgullo a tu madre.

—Muchas gracias —contestó con una sonrisa y deshizo el abrazo para dirigirse a su novio quien mantenía los brazos abiertos para que lo abrazará.

—Felicidades, amor —le dio un beso en la frente— A partir de este día comienza el principio de tus sueños.

—¿Eso crees?

—Eso es lo que más creo —le sonrió aguantándose las ganas de confesarle todo.

Tiempo después, cuando la ceremonia había acabado y la madre de Seungmin los dejó ir por fin, Minho manejó hacía la cabaña en dónde le había pedido al rubio que fuese su novio para poder pasar un rato especial con él.

—Me gusta mucho esté lugar —habló él rubio al momento en el qué se sentaba en el sofá— Me hace sentir bien.

—Lo sé, a mi también —contestó mientras se acercaba a él y bajaba hasta sus pies para quitarle los zapatos.

—Daddy, ¿qué haces?

—Voy a quitarte los zapatos, debes estar cansado —respondió y seguidamente hizo lo mencionado— ¿O no lo estás?

—No mucho —sonrió coquetamente— Podría estar más cansado.

—¿Me estás coqueteando, Kim Seungmin?

—Si, un poco —le tomó las manos para atraerlo hacía a él— ¿Por qué?

El pelinegro se sentó a un lado y él aprovechó rápidamente para subir a su regazo, envolvió sus brazos al cuello de Minho y junto sus labios para comenzar a besarlo suavemente, mientras sentía las grandes manos del mayor meterse dentro de su camisa y acariciar su espalda.

—Porque si lo haces no podré resistirme a ti —contestó al momento que dejaron de besarse y se miraban fijamente.

—No tienes porque resistirte —dio pequeños saltos encima de su regazo a propósito, provocando que é soltará un leve gruñido.

—Tienes razón —respondió y cargó al rubio entre sus brazos para llevarlo hacía la habitación y recostarlo sobre la cama, quién enseguida comenzó a reírse— ¿De qué te ríes?

—N-no sé —continuó riendo sin entender por qué— Lo siento, lo siento.

— ¿Qué te causa tanta risa?— preguntó y se encargó de quitarle la camisa y los pantalones, subió encima suyo para comenzar a besar y morder ligeramente su cuello y clavícula, provocando que Seungmin dejará de reírse y comenzará a soltar pequeños gemidos —¿Ya dejarás de reírte?

Seungmin asintió sin articular ninguna palabra, de un momento a otro, la situación que encontraba divertida se volvió a una muy excitante. Pues Minho recorrió su lengua por toda su piel hasta llegar a su abdomen bajó y lentamente bajarle la ropa interior dejando en descubierto su erección, le abrió sus piernas y se metió en medio de ellas, colocándolas encima de sus hombros para comenzar a meter su húmeda y cálida lengua en el interior de este, mientras con su mano lo masturbaba.

— ¡Ah, no! —gimió Seungmin— Espera, por favor...

—¿Qué pasa, mi amor? —preguntó sin dejar de mover su mano, pero él no respondió— No pasa nada, te va encantar lo qué te haré...

Y diciendo esto, continuó con lo que estaba haciendo provocándole que quisiera cerrar las piernas, pero Minho no lo dejó, por lo que aferró las manos a las sabanas y comenzó a gemir una y otra vez.

—Amor... detente, me voy a correr —rogó, pues sentía tanto placer no podía aguantar más, por lo que él se detuvo, para quitarse la camisa, pero no los pantalones, lo único que hizo fue sacar su miembro que ya se encontraba demasiado duro y sacando liquido preseminal por lo excitado que estaba y sin previo aviso, entró en el interior de Seungmin.

El rubio enrolló con sus piernas el cuerpo de su novio y aferró las manos a su espalda, mientras él se apoyaba de sus codos para no caer encima suyo y comenzó a moverse lento y suave hacía adelante y atrás, mientras dejaba pequeños besos por los hombros de su lindo novio.

— ¿Por qué no te quitaste el pantalón? —se quejó.

—Lo siento, pequeño —besó sus labios y lo miró— Tu precioso cuerpo me tienta demasiado y no quería perder más tiempo.

Seungmin asintió y cerró los ojitos para seguir disfrutando de aquel momento que Lm le estaba haciendo disfrutar tanto, el pelinegro empujó sus caderas hacía adelante una y otra vez con más fuerza, dándole en su punto más dulce haciendo que gimiera en su oído con desesperación y finalmente se corrió junto a él. Sin salir de su interior, quitó los cabellos que cubrían el rostro de su pequeño, besó sus labios y observó lo lindo que se miraba en aquellos momentos, entonces se le ocurrió que era buen momento de decirle lo que había estado pensando.

—Amor, tengo algo qué preguntarte.

— ¿Si? —preguntó al mismo tiempo que trataba de recuperar el aliento.

—He estado pensando esto y sé que no es algo tan fácil, pero creo que es lo mejor —hizo una pausa— Y entiendo si no quieres, pero por lo menos piénsalo...

—Minho, no me asustes y dime.

— ¿Te gustaría irte a vivir conmigo a otro país?

— ¿Te gustaría irte a vivir conmigo a otro país?

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¡Gracias por leer!

oh, daddy ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora