Esa mañana fue muy distinta a las demás, mi cama estaba desordenada, hacia frio y mi ventana estaba empapada por una lluvia fresca, lluvia que se parecía a mis sentimientos.
Mi esperanza estaba en el suelo, por mis mejillas caían dos gotas de sangre mientras observaba el color Azul de mi Amuleto, si… Amuleto que con su color reflejaba el estado de ánimo de aquella persona en particular. Creí que el color de su Amuleto era mucho más Azul que el del mío, pero ya que mas da…
Aspire un poco de aire y luego lo bote, estaba muy helado ya que en mi aliento se reflejaba, seguía llorando, si es que así se le puede llamar. Me levante de la cama y mire hacia uno de los espejos de mi habitación, seque mis lagrimas de sangre y apreté contra mi pecho el Amuleto, en ese instante la puerta se abrió y sentí gritar mi nombre.
- ¡Lithium! - dijo con voz depresiva.
- ¿Sí...? - conteste.
- Ya es hora, Lucifer te espera, es mejor que te apresures - dijo Scarlet posando sus ojos rojos sobre los míos de igual manera, rojos.
- Espérame, déjame ir contigo - conteste colocándome algo de vestimenta y siguiéndola.
- Hoy será el gran día, Lucifer espera que puedas sentirte cómodo… mmm.. ya que en aquel lugar… es… estab…
- Lo sé… - dije queriendo callarla.
- Lo siento, no era mi intención hacerte recordar aquellos días - dijo apenada.
- No importa, ya… ya no me interesa.
Entramos en un cuarto oscuro, mis manos tiritaban, Scarlet me miraba apenada. Pensé que este lugar no era ni para ella, ni para mí, pero… ¿ya que se le iba a hacer?
Demonio, una palabra horrorosa, muchas personas cuando nos ven nos temen y tienen razón de hacerlo; alas negras, cuerpo oscuro, ojos rojos, mirada fría, gotas de sangre, un destino cruel y doloroso que solo nos llevaría al fuego eterno, o así lo pensé.
Deseaba huir de allí en ese momento, deseaba no ver ni hablar con Lucifer, deseaba no sentir este miedo, deseaba no amarla, no tener este maldito Amuleto y morir en paz.
- Vendrá aquí pronto - me dijo Scarlet tratando de calmarme.
Sentí unos pasos ligeros, pero para mí no me parecían ligeros, más bien, un ruido estruendoso que se acercaba, se paro frente a nosotros, lo mire desde sus pies hasta su cara, fría, sin compasión alguna, riendo y mirando mi esencia.
- El gran día ha llegado, me gustaría que no me decepcionaras - dijo.
- No lo hare - conteste frio.
- Mi otra mitad - me dijo riendo y mostrando ternura hacia mí.
- No me digas así, bien sabes que no lo soy, ¿Dios decide no? - conteste.
- Oh.. ¿Por qué tienes que decirme eso? ¿Acaso crees que eres la otra mitad de aquella ángel? No me hagas reír… - me dijo burlándose.
Apreté los dientes con los ojos cerrados… “Aquella ángel”; quise romperle la cara a puñetazos.
- ¡¿Te estás burlando de mi?! - conteste enfurecido.
- Al principio creí que te perdería para siempre, Lithium, mi parte celestial, amable y humilde, entre todos aquellos ángeles, ¡Qué asco! Gente estúpida y crédula… ¿pero eso quedo en el pasado no?
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La Mitad de mi Alma
RomanceLos días de oscuridad para Lithium acaban cuando ve por primera vez a la bella y misteriosa Titania, su otra mitad. Sin saber los misterios que iba a descubrir, deja su ciudad y se interna en el frío pueblo de Laksy, reino de los ángeles para buscar...