Los fuertes vientos de Himalia despeinaban mi cabello, mi rostro se había llenado de polvo, mi mirada no era la misma desde hace ya cuatro meses, había decidido ir por aquella ángel en cuanto volviéramos a Katan. Lucifer me miraba preocupado.
- ¿No te agrada este lugar? – me pregunto.
- Realmente no del todo – respondí.
- ¿Por qué? – pregunto sin importancia.
- No lo sé… – dije sin más.
Sí, me había sentido algo extraño desde que pisamos esta tierra, habíamos atacado muchas veces a Himalia, pero esta vez había algo que me molestaba.
Scarlet apoyo su cabeza en mi espalda, Lucifer nos miro confundido.
- ¿Qué paso? – me susurro.
- No lo sé, este lugar me da asco – susurre.
- ¿Porque es una ciudad de ángeles? – dijo.
- No realmente, siento que algo o alguien me fastidia, una presencia – dije haciendo gestos.
- ¿Una presencia? Himalia es la tercera ciudad más poderosa de ángeles… ¿quizás sea ella?
- No, estoy seguro que no lo es, su presencia no me molestaba en lo más mínimo, más bien hubiera querido estar en la eternidad con ella – le dije.
- ¡Uuuyy que romántico mi pequeño Lithium! – grito burlándose.
- ¡Cállate Scarlet! – le grite.
- ¿De qué hablan? – nos pregunto Lucifer extrañado.
- De nada… de nada… - dijimos al unisonó.
Mi cuerpo tiritaba, mis ojos se aguaron de la nada, aquella presencia me molestaba mucho, desee que desapareciera, desee matarla, que se alejara de mí y de mi vida.
- ¿Irrumpamos? – pregunto Lucifer.
- ¡Sí! Como siempre lo hacemos – dijo Scarlet.
- Si… – dije sin convencimiento.
- Lithium ¿Dónde está ese ánimo? Tienes que decir ¡SI HERMANO! – dijo Lucifer.
- Si… hermano… – dije sin ánimos.
Entramos rompiendo las puertas de aquella gran ciudad, Lucifer y Scarlet estaban emocionados por matar, mas yo solo quería alejarme de aquella presencia inmunda.
Sangre por todos lados, miradas de temor, ángeles heridos y muchos muertos, Himalia es una de las ciudades que han resistido mucho, pero creo que este sería su fin.
Mi amuleto de torno Azul, pensé que aquel ángel sabía lo que estaba haciendo, este objeto eran sus ojos espiándome. Como ella era un ángel, no le simpatizaría la idea de que matara a sus iguales, mas seguí matando.
Un ángel me rogaba que no la matara, sus hijos colgaban de sus faldas, llorando, sin querer mirarme, sin querer mirar al demonio que les robaría su vida.
- Por favor… te lo ruego, demonio de la Oscuridad y la Iluminación, ten compasión de mí, si quieres… ¡Mátame!, pero no mates a mis hijos… por favor… te lo suplico.
Mis ojos se clavaron en los suyos, y por una extraña razón, aquel rostro se me asemejo al de mi amada pidiendo que no la matara.
Mi espada cayó de entre mis manos y algunas lágrimas cayeron de mis ojos, mis dientes temblaban… ¿Por qué? ¿Por qué? ¿POR QUE DIABLOS TENIA QUE SER UN DEMONIO?
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La Mitad de mi Alma
RomanceLos días de oscuridad para Lithium acaban cuando ve por primera vez a la bella y misteriosa Titania, su otra mitad. Sin saber los misterios que iba a descubrir, deja su ciudad y se interna en el frío pueblo de Laksy, reino de los ángeles para buscar...