Capitulo 5: Mi decisión y la de Dios.

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El amor es algo inexplicable, algunos dicen que es una bendición de Dios, otros que es la peor pesadilla que vivieron; una alegría infiel que a veces te hace bien, que a veces te hace mal; que promete aquello que no te puede dar.

Es tan difícil entregarle tu corazón a una persona, algunas lo cuidan como su tesoro más preciado, pero a la vez le hacen daño, llegando ese mismo corazón a odiarlas… a odiarla. Se dice que cuando aprendes a amar tienes que también aprender a odiar, a cuidar aquella felicidad para que no se te escape de las manos, a ser egoísta y caprichoso, a odiar a todos los que se le acercan, a todos los que te apartan de su lado, a todos eso que hacen que ella te deje solo, a todos aquellos insensatos que te hacen pensar y querer matar a aquel corazón que te dio amor y sufrimiento, a morir junto a ella para que nadie más la mire, la toque, la sienta.

Lloraba con mi corazón herido y solo deseaba no haberla conocido para no sentir este maldito sufrimiento, desee matarla y llorar sobre su cuerpo tibio, en su existencia estremecedora, en sus pechos cálidos… ¿Sera posible aun?

Mi cuerpo solo se estremecía al nombrarla… “Tania”, ¿Sera su nombre? ¿Sera el nombre de la dueña de mi corazón?, lo único que se me venía a la mente eran aquellas escenas apasionadas de ella con aquel Principito… ¿Sera posible aun?

Traidora… Traidora… le di todo mi ser y ¿así es como me paga?, la odiaba, solo quería sentirla en mis brazos y que me digiera con su susurro cálido y suave un: “Perdóname, amor”, pero… ¿Sera posible aun?

Puse mis manos sobre mis ojos llorosos, mi corazón dudaba tanto en irla a ver, en mirar aquellos ojitos de nuevo… dude de su amor, pero… ¿No me sentiría igual si la odiara a que la amara? Pero… ¿Sera posible aun?

-          Tranquilo… no te dolerá nada – dijo Scarlet curando mis heridas.

-          ¿Estás bien? – le pregunte tembloroso.

-          Si… no te preocupes… el más dañado eres tu… ¿no te duele? – pregunto.

-          No… este dolor no supera al de ella – dije casi muriéndome.

Scarlet miro mi Amuleto y dio una mirada terrible.

-          ¿Aa… Ago… Agonía? ¿Por qué? – dijo sorprendida.

-          No lo sé… – mentí.

Si, si lo sabía, ella lo sabía, ella sabía que estaba dudando de su amor, quizá aquello era una muestra de que todavía le importo… no importa… la odiaba, dejo este corazón abandonado y solitario… se lo merecía.

-          ¿Qué estas sintiendo, Lithium? – pregunto enfurecida Scarlet.

-          Traidora… – susurre para mí mismo.

-          ¡Estás celoso por una estupidez! – grito.

Lucifer, quien estaba mirando por una ventana, se dio la vuelta y me miro.

-          Sabía que esto ocurriría esto… – dijo.

-          ¿Esto? – pregunte.

-          Es hora de que sepas lo que te ocurrió en aquella pelea, quizá pueda evitarte sentimientos que no valen la pena sentirlos…

-          ¿Crees que no lo sé? ¡vi el pasado de aquel Principito por mis ojos! ¿ME CREES ESTUPIDO? – grite herido.

Scarlet me miro apenada, Lucifer se puso frio y distante.

-          Lo que viste en aquellos ojos no fue el pasado de aquel sujeto… sino el futuro.

La Mitad de mi AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora