Todo marchaba bien, ya me había acostumbrado a Laksy, al trabajo diario y a observar como las angelitas se peleaban por mí, lo único que me mantenía triste era no poder encontrar a Tania durante los 6 meses que la he estado buscando.
Cuando tocaba el tema con Leda, ella parecía volverse una furia y no me hablaba más durante todo el día, mas yo necesitaba saber donde estaba mi dulce ángel.
- ¡Lii, el desayuno está servido! – grito Leda desde el comedor.
- ¡Ya voy! – le grite desde mi habitación.
Al levantar mi chaqueta de mi cama, una especie de collar brillante cayó al suelo. Lo recogí y observe detenidamente. Era mi Amuleto, estaba aun obsoleto, el cristal se apago de la nada hace mucho tiempo atrás, sin mayor explicación. Recordé cuando Tania me lo dio aquel día, fui un idiota al separarme de ella en ese momento. Cuanto deseaba que aquel Amuleto volviera a funcionar para saber los sentimientos de mi Tania, sus emociones, sensaciones, miedos y tristezas.
Las lágrimas pudieron más que mi dureza, la desesperación se hizo más presente que nunca y el deseo de tenerla en frente me invadía. Apreté el Amuleto contra mi mano hasta el punto de hacerla sangrar y mis llantos hicieron que Leda apareciera en la puerta de mi habitación.
- ¿Lii? ¿Qué pasa, mi angelito? – pregunto.
- La extraño tanto… – dije entre gemidos.
De pronto, se ilumino mi mano y sorprendido la abrí, el Amuleto había vuelto a brillar. Atónito lo observe con cuidado percatándome que todo estaba bien, la luz que reflejaba era Azul Intenso. Sonreí, y parecía que la felicidad volvía a mí, sabía que aquel Azul era de Tristeza, mas yo estaba tan contento que pensé que el Amuleto de Tania daría un color Amarillo, rápidamente mi Amuleto cambio a Amarillo también y supe que ella se había percatado del color de su Amuleto.
Leda furiosa me quito el Amuleto, observando mi desesperación para que me lo regresara, lo miro extrañamente.
- ¿Qué es este objeto tan raro que cambia de color? – pregunto.
Rápidamente lo quite de su mano y lo puse en mi cuello, seriamente respondí a Leda.
- Es un objeto personal, no debes tocarlo – conteste enojado.
- ¿Un objeto personal? – pregunto.
- Me lo dio una persona especial, es muy importante para mí.
- ¿Quién se lo dio? – pregunto.
- Eso no te incumbe.
- Quiero saber.
- No.
- ¡Dígame!
- ¡Que no!
- ¡¿Fue Tania, verdad?! – grito furiosa.
No supe que responder, mire el Amuleto que volvió a colocarse Azul.
- ¿Por qué quieres saber todo sobre mi? – pregunte seriamente.
- Tania tiene un colgante igual al de usted…
- ¿Cómo lo sabes? – pregunte interesado.
- Ya le dije que no le diré nada sobre ella, es una peste.
- ¿Cómo puedes hablar así de ella?
- Porque es lo que es, un ángel orgulloso, obstinado y egocéntrico.
ESTÁS LEYENDO
La Mitad de mi Alma
RomanceLos días de oscuridad para Lithium acaban cuando ve por primera vez a la bella y misteriosa Titania, su otra mitad. Sin saber los misterios que iba a descubrir, deja su ciudad y se interna en el frío pueblo de Laksy, reino de los ángeles para buscar...