Capitulo 2: El Canto de un Ángel.

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Era una mañana lluviosa, igual que aquella, cuando todo comenzó, cuando mi vida cambiaria por completo.

Habíamos atacado Petalia, era un desastre, ese día extinguimos aquella ciudad de ángeles, era la Octava ciudad que extinguimos.

Mis ojos Calipso junto a los Rojos de Lucifer se reflejaban en las posas de aguas.

-          ¡Lithium!

-          ¿Sí? – dije riendo.

-          Buen trabajo, hermano – dijo Lucifer.

-          Ahh… no fue nada, ¡mi vida no puede ser más perfecta! Y todo es gracias a ti mi querido Rey de las Sombras.

-          ¿”Perfecta”? – me pregunto.

-          Si… no imagino mi vida de otra forma, sin matar, sin destrozar, sin ver aquellas caras de sufrimiento desvanecerse ante mí, no imagino mi vida sin ti…

-          Claro…

Mire a Lucifer confundido, algo le pasaba…

-          Oye Lithium…

-          ¿Qué pasa? – respondí.

-          Mmmm… “perfecta”… ¿te imaginas siendo un ángel? – pregunto Lucifer.

-          ¡Jajajajajaja! ¿te estás burlando de mi aspecto? – dije riendo.

-          No es que parezcas un ángel físicamente, tu piel, tus alas y tu cabello son blancos, pero… ¿quisieras ser un ángel en vez de un demonio? – pregunto.

-          ¡Estas bromeando! Jajajaja… ¿ser un ser como los que destrozo? ¡todos blancos y felices, orando a Dios! No lo creo… ¡Jamás lo seré! Es más… ¡Tienes mi promesa hermano! – dije con entusiasmo.

-          ¿En serio? – pregunto de nuevo.

-          ¿Acaso parezco que bromeo?

-          ¡Me alegra escuchar eso! ¿Siempre estaremos juntos verdad?

-          Siempre… - conteste.

-          Te adoro, hermano – dijo con afecto.

-          Yo mas… ¡Yo más!

Quería mucho a Lucifer, me divertía junto a él, reíamos juntos, matábamos juntos, nos cubríamos la espalda, hasta creo que llegue a amarlo, pero todo eso cambiaria drásticamente, llegando a odiarlo.

-          Hermano, ¿ahora que nos iremos a casa? – pregunte.

-          Sí, pero ve tu primero, necesito quedarme un poco a arreglar algunos detalles.

-          ¡No quiero! Te esperare.

-          No… solo ve y ten cuidado, no te metas en líos – ordeno.

-          Bueno… - acepte con reproche.

Camine lentamente entre las calles mojadas, era solo un niño terco en aquel entonces, que le gustaba la emoción, mas caminar se me hacia aburrido.

Iba cerca de Laksy, un pueblo de ángeles que desconocíamos, queda casi al lado de Katan, mi ciudad de demonios, cuando de pronto sentí el fuerte olor a un ángel, olor que solo tenían los ángeles poderosos que habíamos derrotado con Lucifer, casi siempre eran los Reyes de las ciudades; un aroma fresco, a flores, un aroma que después jamás olvidaría; Sonreí, quería divertirme un poco más, mis garras desearon atravesar a ese ángel, mi cuerpo se empezó a mover solo, al poco tiempo estaba metido en un bosque, mis pasos se hacían más agitados, su aroma se hacía más intenso, iba mas y mas rápido, estaba excitado, mi mente no dejaba de pensar en sangre de ángel. No me importo que Lucifer me retara, o que no estuviera a mi lado para protegerme, solo quería matar a aquel ángel.

La Mitad de mi AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora