6. Amarillo, el color de Hyunjin

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- ¡Kim Hyunjin dame tu maldito auto! 

Eran las 10 de la mañana de aquel domingo. Solo había pasado un día desde su encuentro no tan inesperado con Jinsol y Jungeun ya se encontraba afuera de la casa de Hyunjin. 

Para su sorpresa, Hyunjin salió con el cabello más largo de lo que recordaba y teñido de rojo, con su típica cara sin expresión.

- Acepto. 

Se encontraba por las calles de Seúl condiciendo un llamativo auto amarillo con diversos dibujos de gatos sobre él.

Tan pronto Jungeun obtuvo las llaves, supo que había cometido un grave error. 

Su plan era intercambiar vehículos durante tres semanas. Ante los ojos de Jinsol, se encontraba en Los Ángeles así que no se arriesgaría a conducir su automóvil, además necesitaba un vehículo para trasladar a Jinsol. Estaba al tanto que su mejor amiga tenía auto propio pero maldición no lo sabía, solo sentía que debía hacerlo. 

No contaba por supuesto, que nada salía acorde a sus planes, y su molesta cara al estacionar el auto en el edificio que compartía con Heejin la hizo recapacitar de porqué había decidido acudir a la chica más extraña que había conocido. 

- La verdad pensé que te reconocería. 

- ¡Dijiste que lucía diferente Heejin!

- ¡Es cierto! - alzó los brazos como defensa - Pero también es verdad que ha visto tu cara por más de una década. 

- Mierda - comenzó a morderse las uñas. Había logrado dejar esa manía cuando era niña y descubrió el maravilloso mundo del manicure.

- No te atemorices, lo estás haciendo bien, muy bien - apoyó. 

- Ese idiota sigue jugando con ella. 

- ¿Qué esperabas? Solo han pasado unos días. Lograste que despejara su mente y olvidara su encuentro con ese maldito - Jungeun apretó los labios, incluso ella estaba sorprendida de su logro. 

- Ahora no sé cual es el siguiente paso, falta demasiado para el jueves y no puedo llamarla para decirle que asista a algún sitio porque será demasiado evidente. 

- ¿Leíste el libro?

- He leído cada maldito libro que cruza por la vista de Jinsol y confía en mí, no siempre por voluntad propia - cruzó los brazos. 

- Bien ¿conseguiste el celular? 

- Sí, pero no sirve de nada si no tengo su número. 

- Owm, Jungie eso sonó tan romántico - la mayor la golpeó en el hombro - Ahora solo falta que consigas otro lugar para vivir. 

- ¿Qué?

- Claro tontita ¿a dónde piensas llevarla? ¿aquí? - preguntó sarcástica - Hyunjin puede servirles la cena si lo deseas. 

- Entiendo eso, pero ¿para qué mierda quiero llevarla a un apartamento?

- Pues... - la cara que Heejin le estaba dando no le gustaba para nada - ¡Es broma! aunque puede que no lo sea del todo, recuerda que estás intentando conquistarla, tal vez puede que...

- ¡No! - interrumpió - En primer lugar, no tengo intensión de aprovecharme de ella. Número dos, tengo un total de cero experiencia con las mujeres ¡no sabría que mierda hacer! Y tres, ¡¿se te olvida que no soy un hombre de verdad?! ¿Qué se supone que le diga? "apaga las luces querida, para que no puedas ver cuando te penetro con mi enorme consolador". 

El novio de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora