5. Intercambio

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- Cuando derramé tu café, noté el libro que estabas leyendo - comenzó - Es un libro genial, la perspectiva del imperio romano - negó chasqueando la lengua - Así que, no lo sé, solo quise saludar.

- ¿Lo has leído? - preguntó intrigada, pues eran pocas las ediciones que existían, completamente difícil de conseguir.

- Sí, hace bastantes años ha decir verdad - sonrió - Tuve que leerlo en internet a escondidas de compañeros para evitar ganarme una paliza - acomodó sus lentes, fingiendo recordar.

- Yo también lo leí cuando era más joven - sonrió de vuelta, sintiendo empatía por la falsa historia del falso hombre - Es uno de mis favoritos, gracias a él y a decenas de libros de historia me llevaron a descubrir que es lo que quería para mi vida.

Punto dos a favor de Jungeun, información personal a la luz.

- ¿De verdad? ¿A qué te dedicas? - fingió curiosidad, intentando que la azabache se sintiera cómoda.

- Soy profesora, doy clases en un colegio cerca de aquí. Mis principales asignaturas son las ciencas naturales y exactas, aunque puedo defenderme bastante bien en todas las áreas - respondió con orgullo - Sin embargo la Historia es mi debilidad.

- Wow es genial, es una responsabilidad enorme, pero agradezco que las personas que serán el futuro de nuestra nación estén en manos de una chica tan culta como tú - Jinsol sonrió. Punto tres a su favor, halagar su intelecto, jamás su físico - ¿Y qué opinas de la mitología griega? - se adelantó a preguntar, indagando en uno de los temas favoritos de su mejor amiga. Aun no estaba preparada para ser cuestionada sobres su falsa vida, su falsa profesión y todas esas cosas.

- ¡Dios! Me encanta.

- ¡No! ¿En serio? - respondió sorprendida, orgullosa de sí misma por no abandonar en ningún momento su voz masculina - Poseidón es un completo idiota, de verdad lo detesto.

Jinsol rio ante su expresión - ¡Sí, opino lo mismo!

Unos murmuros exigiendo silencio les indicaron que estaban siendo irrespetuosas.

- Creo que estamos siendo algo imprudentes - se acercó un poco a ella y susurró.

- Sí, deberíamos irnos ahora - la azabache le siguió el juego, susurrando de vuelta.

Una vez afuera, el ambiente de incomodidad y no saber que hacer las invadió, pero por alguna extraña razón, Jinsol, se sentía cómoda ante tan agradable compañía.

- Jeong Jinsol - Jungeun sonrió feliz, aceptando la mano de su mejor amiga. 

Lo había conseguido, Jinsol se había presentado ante ella y eso era un logro enorme. 

Durante años, fueran pocas las ocasiones que la azabache tomaba la iniciativa de conocer a alguien, en su mayoría, en ámbitos educativos o por la necesidad de hacer algún trabajo a su lado. Así que haber conseguido que la más alta se sintiera cómoda junto a él, le hizo querer bailar de felicidad. 

Sin embargo, su felicidad no duró demasiado, cuando aun con sus manos entrelazadas frente a ellas, Jinsol la miraba con una mirada curiosa, sin dejar de sonreír y asintiendo. 

- ¿Qué? - soltó por inercia, rezando para no sonar demasiado grosero ante su contestación. 

- Tu nombre. 

- Ah, mi nombre - repitió entendiendo - ¡¿Mi nombre?!

Genial, Kim Jungeun había pensado en todo. Falsa profesión, falso look y falso primer y segundo encuentro casual. Lo había pensando en todo, excepto en una cosa: su nombre

El novio de mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora