El novio de mi mejor amiga

2. El cuadro

- Eso es asombroso ¿de verdad conoces Egipto? - el atractivo hombre de cabello negro asintió con una sonrisa de lado. 

- Viví ahí durante 3 meses, después me mudé a Finlandia - se recargó seguro en la silla, colocando el hombro sobre el respaldo. 

¡Lo había conseguido! finalmente y después de una larga y terrible lista de candidatos, había encontrado al hombre perfecto para Jinsol. 

Tenía 30 años, arquitecto y amaba la historia tanto como la azabache. Era alto, su fragancia era exquisita y sobretodo, era muy atractivo. 

- Wow estoy muy sorprendida de - 

- ¿Oye quieres ir a mi apartamento?

- ¿Perdón? - el chico se quedo quieto, parpadeó un par de veces y luego lanzó su coqueta sonrisa. 

- Ya sabes, es la segunda vez que nos vemos, aunque la primera fue algo apresurada - recordó rascándose la cabeza - Hemos hablado casi una semana por mensaje y no sé, pensé que tal vez...

- ¿Tal vez qué? Lo siento no estoy entendiendo. 

- ¿Sabes qué? Olvidalo - negó - Pensé que estabamos en la misma página y... escucha Jungeun, confieso que en un inicio tenía intención de acostarme contigo ¡todavía quiero! pero no me molestaría esperar si eso lo que quieres. Lamento haber sido demasiado directo. 

Mierda. 

No, no era la propuesta del sexo lo que había espantado a Jungeun. Era totalmente normal que el chico pensara en eso, incluso eso no lo descartaba del top 1 pues que una persona tuviera apetito sexual no estaba mal, ella sabía también que Jinsol no era inocente en ese aspecto. La verdadera bandera roja fue la mirada del hombre frente a ella. 

No le había costado demasiado a la rubia descubrir que aquel hombre perfecto para Jinsol, estaba notoriamente interesado en ella y aunque debía aceptar que era una propuesta atractiva por su asombroso físico, no era el objetivo de la cita. 

Jungeun debía encontrar un novio para Jinsol, no para ella. 

- ¡¿Rechazaste tremendo bombón?!

Finalmente había conseguido dormir a Hyunjin, adentrándose a la habitación de Jungeun para retomar la plática pendiente. 

La rubia sonrió y asintió - El chico estaba apunto de pedirme matrimonio. 

- Sé que tu intensión es buscar al hombre que saque a Jinsol de esa horrible relación, pero enamorarse en el proceso no está prohibido - cruzó los brazos en el margen de la puerta. 

- Lo sé, pero estoy bien, no estoy interesada en una relación por el momento - puso su cuaderno sobre la mesa junto a su cama - Nada grave, ninguna decepción o algo por el estilo, estoy bien, estable y me gusta mi soltería justo ahora. 

- Dime al menos que lo besaste - Jungeun rio - ¿Kim Jungeun, tenías la oportunidad de acostarte con él y no la aprovehaste? estoy en serio decepcionada de ti. 

- Puede... que si lo besara un poco. 

- ¡Depravada! - la rubia comenzó a reír arrojándole una almohada. 

Pequeñas gotas de lluvia caían sobre el pavimento. El paraguas de Jungeun se había roto después de que uno de los tantos candidatos para hombre perfecto matara una rata con el en medio del restaurante. 

Se colocó debajo de un árbol, sosteniendo el café ente sus manos y esperó. Era primavera, una hermosa primavera que en ocasiones se llenaba de colores grises ocasionando que el cielo lanzara sus mejores lágrimas sobre la ciudad de Seúl. Jungeun amaba la lluvia, inspirandola a dibujar.