Me senté en una de las sillas. Alexander tomó su lugar.
Respiré intentando agarrar valor, pues las palabras parecían atoradas en mi garganta.
-Tengo que confesarte algo- dije nerviosa.
-Habla- dijo serio y tranquilo.
-Yo estuve...- hablé, pero fui interrumpida por otra persona.
-Espero no interrumpir- dijeron entrando a la oficina.
Era Pablo Ambrosetti, mi querido suegro.
-Si interrumpes un poco- comentó Alexander.
Me levanté para verlo.
-No nos interrumpe, siéntese- ofrecí una silla -Me retiro para que hablen-
-En realidad quiero que te quedes- aclaró el señor Ambrosetti.
Me paré a un lado de la silla de Alexander, estaba confundida. Normalmente yo salía cuando ellos hablaban y después mi esposo me decía lo que habían discutido.
-¿Qué es lo que necesitas?- preguntó fastidiado su hijo.
-Ya no estoy tan seguro de que hagas el contrato con Daniel Duval-
-¿Qué?- preguntamos sorprendidos.
-Es correcto que yo también quiero lo mejor para la empresa, pero también quiero lo mejor para ti y tu familia- dijo serio -¿De verdad creíste que no me enteraría de Daniel Duval y Alexa? Sin contar que Leandro también ya lo sabe-
Al parecer mi suegro no sabía nada de lo que había pasado en las últimas semanas, y lo mejor era que estaba de mi lado.
-¿Ahora tú también vas a cuestionar mi manera de manejar la empresa?- preguntó mi esposo.
-¿Y a ti ya se te olvidó todas las noches que pasaste lamentando su traición o las veces que te ahogaste en alcohol por ella? Y lo peor es que ahora no solo te está arrastrando a ti, sino también a Elena- dijo mirándome.
Le di una pequeña sonrisa de agradecimiento.
-Si solo vienes a darme un sermón, será mejor que te vayas- comentó Alexander.
-Escúchalo, el quiere lo mejor para ti- aclaré, pues estaba siendo grosero con su padre.
-Tus celos tampoco me interesan- dijo comenzando a enojarse más.
-No seas terco, y deberías de bajaste de tu nube, porque yo te subí ahí- habló Pablo Ambrosetti de la misma manera.
-¿Tú?- soltó una risa falsa -Lo único que hiciste fue presionarme a ser el mejor y darle toda mi vida a esta empresa-
Tomé su hombro intentando calmarlo.
-Estabas en el camino equivocado, y si no lo hacía, probablemente hubieras acabado como tu primo e incluso peor. Y que no se te olvide que sigo teniendo el control sobre la mayoría de los accionistas-
-¿Me estas amenazando?- cuestionó.
-Velo como quieras, pero más te vale dejar el trato con Duval si quieres seguir cenando el lugares caros- respondió.
No dejó que Alexander dijera otra palabra, pues se levantó y salió de la oficina, sin despedirse o decir algo más.
Fueron cinco segundos los que pasamos en silencio, luego mi marido habló.
-Me quiere tratar como un niño pequeño al que solo le dice que hacer- comentó furioso.
-Es tu padre y solo quiere lo mejor para ti- respondí.
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¿Para Qué Quedarme? #2
RomanceAlexander y Elena eran la pareja perfecta, pero, ¿esa perfección superaría todos los obstáculos? No sólo se trataba de amor, pasión y dulzura, ahora se había convertido en un juego de confianza, madurez, y sobre todo, dejar atrás a los fantasmas...