Claudia había avisado que llegaría en 5 minutos, y yo ya estaba lista para irme. No usaba nada fuera de lo normal, porque solo iría a seguir a Alexander.
Sin embargo, él se veía todo lo contrario a mí, un traje muy costoso y un porte que parecía que pronto sería su boda. Yo estaba sentada en la orilla de la cama, mientras él se arreglaba la corbata frente al espejo.
Lo miré y entrecerré los ojos, pues esto no era normal.
-¿Sólo cenaras con Aarón?- pregunté.
-Si, no tengo con quien más cenar- respondió.
A diferencia de mí, él era un experto a la hora de mentir, pues me costaba saber si era verdad lo que decía.
Seguí viéndolo mientras él ponía los últimos detalles en su look, sin embargo, dejó de hacerlo cuando sintió mi mirada. Giró su rostro hacia el mío y una pequeña sonrisa se asomó.
-Me gusta cuando me miras, me haces sentir una maravilla del mundo- comentó.
Solté una risa discreta.
-Sientes que tu ego crece, que es diferente- contesté.
Caminó lentamente hacia mí y tomó asiento a mi lado. Juntó su mano con la mía y la besó.
-¿Qué estamos haciendo mal?- preguntó algo cansado.
Suspiré intentando saber la respuesta.
-No lo sé, pero si no lo descubrimos a tiempo, vamos a terminar por matarnos-
Recargó su cabeza en mi hombro.
-Siento que somos una bomba de tiempo, y estamos a punto de explotar- dijo preocupado.
-¿Y qué va a pasar si explotamos?- cuestioné angustiada.
Levantó su cabeza y me miró a los ojos.
-Ni si quiera lo puedo imaginar-
Nuestras miradas se conectaron y estaban intentando buscar esa chispa de amor que normalmente había, pero un ruido nos interrumpió: El claxon del auto de mi amiga.
-Tengo que irme- dije. Besé rápidamente su mejilla y salí de ahí. Bajé las escaleras y tomé mis llaves, mi celular y algo de dinero. Abrí la puerta y vi a mi amiga afuera.
Me dirigí hacia su coche.
-Hola- saludé entrando en el auto.
-Hola- respondió -Sigo sin entender cual es el plan de hoy-
-Necesito saber que hará Alexander esta noche, pero siento que no esta siendo sincero conmigo, entonces lo vamos a seguir-
Ella me miró divertida.
-Un poco psicópata- comentó.
-Tal vez si lo es, pero no me voy a quedar con la duda- contesté.
Ella salió de la casa y avanzamos una calle. Nos estacionamos y esperamos a que Alexander pasara por ahí.
Efectivamente, tres minutos después vimos como el auto de mi esposo pasó junto a nosotras. Avanzamos detrás de él, no tan pegadas para que nos viera, pero tampoco tan lejos para perderlo. Así estuvimos durante diez minutos, hasta que llegamos al restaurante francés.
Claudia y yo nos detuvimos del otro lado de la calle, mientras él dejó su coche enfrente del lugar.
Estacionándose atrás de su auto, llegó Aarón.
-Él no me dijo que estaría aquí- comentó confundida.
Fruncí el ceño.
Entendí porque Alexander no decía toda la verdad sobre esta cena, pero, ¿por qué Aarón se lo ocultaría a Claudia?
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¿Para Qué Quedarme? #2
RomanceAlexander y Elena eran la pareja perfecta, pero, ¿esa perfección superaría todos los obstáculos? No sólo se trataba de amor, pasión y dulzura, ahora se había convertido en un juego de confianza, madurez, y sobre todo, dejar atrás a los fantasmas...