POV ELENA AMBROSETTI
Hoy era miércoles, y me sentía mejor. Me sentía más tranquila, pues entre mis hermanos y mi padre nos habíamos apoyado para salir adelante.
Hoy había decidido regresar a la ciudad, pues necesitaba hablar con Alexander y poner las cosas en orden.
Aquí las cosas ya estaban arregladas: mi padre se quedaría aquí en casa solo, pues quería vivir su duelo aquí. Mis hermanos lo visitarían al igual que yo.
-Con esta es la llamada número 200- comentó Claudia mientras veía su teléfono.
-Yo olvidé mi teléfono en tu casa, pero probablemente también tengo ese número- respondí con humor.
Ella volvió a guardar su celular en su bolso, y terminó de bajar la pequeña maleta que traíamos entre las dos. Aunque era toda ropa suya, pues no había dado tiempo de ir a mi casa por la mía.
-Espero que vengas pronto- dijo mi padre cuando me acerqué a él.
-Y yo prometo venir pronto- dije abrazándolo.
-Y también tienes que traer a tu amiga, ella es buena-
-También vendrá a visitarte, le caíste muy bien-
Procedí a despedirme de mis hermanos y de mis cuñados. Claudia imitó mis acciones. Ella les había agradado mucho, y se había hecho su amiga, y no era sorpresa, ella era tan carismática y amable que lograba ganarse a las personas.
Salimos de ahí y emprendimos camino a casa, y aunque me sentía tranquila de saber que las cosas aquí estaban bien, sabía que en mi matrimonio todo estaba mal, y teníamos que aclarar muchas cosas.
Cada milla que nos acercábamos, mi corazón latía más rápido.
Pensaba cada palabra que diría y cómo manejar las cosas, pues sabía que, si no tomaba el control adecuado, las cosas saldrían muy mal.
Hicimos una parada, pues teníamos ganas de ir al baño y queríamos comprar unos souvenirs. Yo caminaba hacia el carro con una bolsa de papitas. Entré y acomodé mi espacio para ir mas cómoda en el viaje.
-Debo decir que estos baños son muy limpios- comentó mi amiga entrando al auto.
Le ofrecí la bolsa de papas y comenzó a comer, sin embargo, se quedó callada de repente.
-¿Todo bien?- pregunté mirándola.
-No, necesito decirte algo- respondió.
Yo solo la miré confundida, pues parecía triste.
-Voy a hablar con Aarón de una vez por todas, si dice que realmente quiere ser mi pareja formal, entonces voy a quedarme con él, pero si sigue dudando de lo que quiere, lo voy a dejar para siempre-
-¿Y qué pasa si vuelve a mentirte?- cuestioné.
-Por eso quiero hablar con él en serio, lo conozco y quiero saber si es capaz de mentirme a los ojos- contestó.
-Sabes que yo te apoyo en lo que quieras decidir, y que quiero lo mejor para ti- animé.
Ella me sonrió y me dio un pequeño abrazo.
Después del momento emotivo, volvimos a ponernos en marcha para ir a casa.
-Ya hemos llegado- avisó mi amiga despertándome.
Poco a poco abrí los ojos y me acostumbré a la luz.
ESTÁS LEYENDO
¿Para Qué Quedarme? #2
RomantizmAlexander y Elena eran la pareja perfecta, pero, ¿esa perfección superaría todos los obstáculos? No sólo se trataba de amor, pasión y dulzura, ahora se había convertido en un juego de confianza, madurez, y sobre todo, dejar atrás a los fantasmas...