Al cuarto día, finalmente los esposos se unieron en el templo, Moctezuma había ordenado que se les preparase un cuarto donde ambos pudieran tener sus aposentos, dicho cuarto fue llenado con joyas, plumas y sedas de las más finas.
Finalmente, Atotoztli y Surem podían unirse en alma y cuerpo, ambos con amor se entregaron el uno al otro, pues su compromiso ya estaba hecho.
Mientras tanto Moctezuma decidió salir al templo a orar, quería agradecer a los dioses por la prosperidad que le habían dado al pueblo, y a su familia, con el tiempo Moctezuma aprendió a querer a Atotoztli como si su verdadera hija fuese, incluso sus hijos aceptaron a su hermana "perdida" y la unieron a su familia.
El corazón de Moctezuma desde hace ya muchos años había empezado a fallar, pues el dolor que sentía por poder a su hijo y mujer era grande, un peso que jamás pudo quitarse, pues Chicimecacihuatzin había sido una gran compañera de vida, ella había sido el apoyo de él.
Jamás lo cuestiono, siempre busco ayudarle, dando ideas de cómo podría ayudar a expandir Tenochtitlan.
Mientras llegaba al templo, no pudo evitar mirar hacia donde yacían su mujer e hijo, y con pesar entro al templo.
Se quito su penacho y con delicadeza lo dejo en el piso, seguido de esto, se arrodillo y comenzó a orar, el humo de los copales volvió a tomar forma después de muchos años.
Los Dioses nuevamente estaban frente a él, Huitzilopochtli estaba decidido a averiguar qué es lo que había cambiado en el rumbo de la historia, pero su madre lo interrumpió.
- Como esta tu hija Moctezuma Ilhuicamina.
- Muy bien mi señora, se ha casado finalmente con un buen muchacho, de nombre Surem, es muy feliz. – exclamó sonriente.
- Me alegro que Atotoztli finalmente haya encontrado un compañero que la quiera.
- Así es, por ello he venido a agradecerles toda la prosperidad que nos han brindado en estos años.
- Fue mi forma de recompensar todos tus esfuerzos, te encomendamos demasiada carga. Ya era justo que tuvieras prosperidad.
Moctezuma estaba a punto de decir algo, pero fue interrumpido por un sonido estridente que lo alerto.
- Tu pueblo te necesita – exclamo Coatlicue y se esfumo.
Moctezuma entonces salió corriendo del lugar, bajo con enorme velocidad los escalones del templo y se dirigió de donde venia el ruido estruendoso.
Sus ojos se sorprendieron al ver la enorme destrucción que estaba pasando ante él, pues los purépechas habían entrado a la ciudad, sus enemigos estaban invadiendo, y el no pensaba permitirlo, sus mas fieles acompañantes fueron los que le llevaron sus prendas de guerra, sin pensarlo dos veces comenzó a combatir, aun sabiendo que los purépechas, sus enemigos eran mucho mas fuertes que ellos.
A pesar de los dones que los dioses le habían otorgado, los purépechas llevaban ventaja, sin embargo, no iba a permitirse que los derrocaran, fue así como con su lanza comenzó a travesar corazones, no quería usar los artefactos que los dioses le habían brindado, pero no sabía cuánto tiempo lograría aguantar.
Al alzar la vista hacia el cielo, su mirada se encontró con la de su hija, quien estaba saltado entre los tejados al lado se Surem. Ella con señas le dijo que se encontraran en la plaza central, y asi lo hicieron.
Con dificultad el logro llegar.
- ¡Papa, estas bien! – exclamo contenta
- Si hija, pero nuestro pueblo está sucumbiendo, necesitamos parar esto.
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Sangre Mexica
Historical FictionUna historia que se centra en la cultura prehispánica del México antiguo, la cultura mexica. La historia de una princesa olvidada que conecto con los dioses de la cosmovisión mexica.🔮🐉 Y que escuchen, Que todos escuchen El canto De mi amado, De m...