Después de la muerte de su padre Huitzilíhuitl, en 1417 Moctezuma Ilhuicamina ascendió al poder, volviéndose el 5to tlatoani del imperio Mexica.
Si bien, Moctezuma ya sabía que él en algún momento se volvería gobernante, él no se sentía plenamente listo para serlo , por lo que le pidió a su pueblo que después de la ceremonia que se haría para su padre, lo esperara 18 días para que él ascendiera al poder, por lo que en total pasaron 22 días para que Moctezuma se volviera tlatoani.
Moctezuma era sabio a pesar de tan corta edad, sin embargo, él sabía perfectamente que aún no estaba listo, su padre en su lecho de muerte le hizo jurar a su hijo, que él iría al templo Mayor, y que no saldría de ahí hasta que al menos hubiera contactado con un Dios, y como Moctezuma era un hombre de palabra así lo hizo.
Fue al templo Mayor y pidió que no se le molestase hasta que los 18 días hubieran pasado, sus más fieles acompañantes le prometieron que así sería, y que ellos defenderian Tenochtitlan con su vida si era necesario.
Al entrar al templo Mayor, comió tan solo una pata de conejo y una copa de pulque, poco después entró al templo y las puertas fueron selladas, él llevaba tan solo su Maxtle (taparrabo), pues se había despojado con anterioridad de sus joyas y adornos que llevaba.
- "Yo no soy digno de estar aquí, pero he prometido a mi padre que vendría, sé que soy muy joven e inexperto para siquiera mirarlos a los ojos, pero necesito su aprobación para ser el próximo Huey tlatoani de Tenochtitlan, yo no estoy seguro si seré un buen jefe, pero si renuncio al poder, mi pueblo decaerá, y antes muerto que ver a mi pueblo ser consumido por las llamas y lanzas de mis enemigos." - exclamó para después arrodillarse ante el gran altar que había en honor a todos los Dioses que cuidaban Tenochtitlan.
Moctezuma bajo su cabeza y comenzó a sollozar, sabía que debía pedir por la aprobación de los Dioses, pero en lo único que pensaba era en su padre, en lo más hondo de su corazón rogaba que su padre pudiera pasar las 9 pruebas para ascender al Mictlán.
Huitzilíhuitl había sido un gran guerrero, y un maravilloso Tlatoani, pues había peleado en innumerables batallas al lado de sus guerreros jaguar, y había criado a Moctezuma de acuerdo a los principios y valores que su padre le había inculcado a él, Huitzilíhuitl apreciaba mucho a su hijo, tanto que decidió no tener más hijos, pues quería que él fuera el único heredero al trono.
Moctezuma siguió llorando aquel día, los dioses lo observaban atentamente, y aunque Moctezuma no podía verlos hasta que ellos se mostraran ante él, si podía sentir su presencia ligeramente, sin embargo, no dijo nada, pues su dolor era tal, que le impedía pensar correctamente, aquel día no pudo pensar en nada más que en su padre y en todo lo que le enseñó, los dioses le concedieron el descanso como un regalo a su atormentado corazón y m
Yohualtecuhtli le hizo caer en un sueño sumamente profundo? Yohualtecuhtli junto con Huitzilopochtli entraron a los sueños de Moctezuma, pues tenían curiosidad sobre qué estaría soñando aquel guerrero sabio y fuerte.
Moctezuma estaba sentado en el trono del tlatoani, y a su lado estaba una mujer, él estaba soñando que era un gran líder, sin embargo se asombró más cuando de entre el tumulto de la gente salió Huitzilíhuitl, él se arrodilló ante su hijo, mostrándole de esa forma respeto y admiración, Yohualtecuhtli se dio cuenta que aquel guerrero era diferente a los demás tlatoanis que él había conocido, pues demostraba mucho más sus sentimientos y tenía un espíritu muy noble, el cual le recordaba a cómo eran sus compañeros cuando estaban en su forma terrenal.
Huitzilopochtli se dio cuenta que aquel guerrero sería el elegido por los Dioses, pues huitzilopochtli se había identificado con Moctezuma, compartiendo el mismo vínculo con sus seres queridos.
ESTÁS LEYENDO
Sangre Mexica
Historical FictionUna historia que se centra en la cultura prehispánica del México antiguo, la cultura mexica. La historia de una princesa olvidada que conecto con los dioses de la cosmovisión mexica.🔮🐉 Y que escuchen, Que todos escuchen El canto De mi amado, De m...