Soy Alex, tengo 37 años y este será el primero de varias relatos basados en experiencias vividas a lo largo o corto de mi vida, cabe resaltar que soy un hombre casado hace 10 años, mi relación es bastante particular, por llamarla de alguna forma, en todo caso hay un antes y un después de mi matrimonio, después les iré contando eso.
Quiero que sepan que mis historias son totalmente reales, nada de lo aquí escrito es invento.
Tuve una novia con la que duré 5 años y de quién estuve profundamente enamorado, éramos complemento el uno del otro, su nombre es Luz, con ella supe de muchos rincones del sexo, los exploramos casi todos, pero mi gran pasión la despertó su mamá, a quien veía con ojos de hijo, le tenía un cariño especial, pues su trato era maternal y muy respetuoso además de distante, hasta que un día recibí un mensaje de texto en mi teléfono, eran más o menos las 10 de la noche, estaba visitando a su hija en su propia casa, acabábamos de tener sexo y yo esperaba que luz saliera del baño pues había entrado a limpiarse la cara que tenía llena de mi semen y le goteaba en los senos.
Miro el mensaje: "hola Alex, aún estás en casa?"... Cuando reviso quien lo envía, veo que es Martha, mi suegra, era súper extraño que me escribiera por lo que me apresuré a responder: "si señora, aún estoy en su casa, dígame si necesita algo y la ayudo, o paso algo?"
Me respondió a los pocos minutos: "tranquilo mijo no ha pasado nada malo, solo escríbeme cuando ya estés solo"....
Quede frío y sorprendido pues no sabía ni que pensar, no tenía ni idea de por qué me escribía a esa hora y menos a decirme que le escribiera al estar solo, sin embargo, tan pronto salí de visitar a su hija le escribí: "Hola suegris, ya salí de su casa y voy camino a la mía, cualquier cosa que necesite me avisa"... Le dejé ese mensaje para que recordara que estaba pendiente.
De inmediato recibí respuesta de ella: "necesito que vengas por mí, estuve tomando y aunque no estoy borracha, no confío en el amigo que me invitó"... En un siguiente mensaje me mandó la dirección del lugar y me agradeció que no le dijera a Luz pues le apenaba.
Para ser sincero me incómodo tener que ir a buscarla, pues ella fácilmente podría haber tomado un taxi, sin embargo, llegue al lugar y para mí sorpresa era tremenda fiesta, había una orquesta en vivo, cantidad de personas, licor en cantidades industriales, varios ambientes, por lo que me sentí cómodo en minutos, le escribí a Luz y le dije que ya iba a dormir, pues después de la faena había quedado súper cansado, por lo que sabía que no me llamaría ni escribiría el resto de la noche.
Llamé a un mesero, le pedí un vaso con whisky y hielo, y lo esperé mientras buscaba mi trago, mientras tanto, buscaba a la señora Martha entre tanta gente...
Es de anotar que Martha en ese momento era una mujer de unos 45 años, muy bien conservada, con unas nalgas gigantes y unas piernas enormes, de cintura estrecha y de senos pequeños, cabello negro lacio y largo hasta la cintura, una típica Barranquillera, totalmente natural y de piel trigueña, era muy hermosa, estaba divorciada poco antes de yo llegar a la vida de su hija, quizás 2 años antes de conocerla, pero no había vuelto a rehacer su vida, en cierto modo tenía una obsesión con su exmarido, que era un narco que siempre estaba huyendo de la policía y quién tenía hijos y mujeres por todas partes, era un vale mierda que tenía los días contados debido a su estilo de vida.
La vi a lo lejos, estaba sentada cerca de una de las piscinas del lugar, al lado de una palmera, tenía un pantalón blanco pegado y una blusa de algodón roja, unos zapatos de plataforma que la hacían ver imponente, el cabello suelto y su hermosa sonrisa que la adornaba siempre, se veía contenta, no entendía por qué me había hecho ir hasta allá, yo me quedé viéndola un rato mientras acababa mi trago de whisky, hasta que me dirigí a ella, quien se levantó de su silla y me dio un abrazo que sentí muy cerca sus piernotas, de verdad que se le notaba la emoción por verme, hasta ese momento yo no entendía mucho, sin embargo, decidí disfrutar el momento y acompañarla. Me presento a sus amigos que estaban en la mesa, eran tres parejas y dos hombres más, uno de ellos era quien la había invitado.
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Relatos de una ninfómana
Romanceson relatos eróticos... no son míos pero me moje con todos