Su fría mirada era algo genealógico; la frialdad que transmitían sus verdosos ojos era un eco de generaciones pasadas, un rasgo heredado de cazadores que habían aprendido a esconderse en las sombras, donde la luz jamás podía tocarlos. Esta herencia no sólo era una habilidad para permanecer invisibles, sino una necesidad vital en un mundo donde la traición acechaba en cada rincón. Aquellos ojos, que parecían brillar con una luz interna, escondían la verdad más oscura: eran cazadores. La belleza que desprendía, admirada y deseada por muchos, era una ilusión, una trampa cuidadosamente diseñada. Cuando ella se convertía en Kanima, esa belleza se tornaba en un arma mortal; aquellos que intentaban huir de sus garras no podían prever la velocidad y la agilidad de su naturaleza.Si no jugaban su juego, entonces morían; la vida y la muerte estaban en la balanza, y ella no dudaba en equilibrarla a su favor.
Era mitad lobo, pero ese secreto sólo lo conocían aquellos que habían tenido la fortuna —o la desgracia— de ganarse su confianza. Se escondía detrás de una hermosa máscara llamada rostro, un disfraz que ocultaba su verdadera esencia. Esa fachada le permitía navegar en un mundo que valoraba lo superficial, mientras su naturaleza más salvaje se mantenía en un segundo plano, esperando el momento propicio para salir. La fragilidad de la apariencia contrasta con la brutalidad que albergaba, un recordatorio constante de que no se debe juzgar un libro por su cubierta.
Como los Argent, los Andreato también tenían un código. "Aquel que salva a un hermano merece gratitud, absolución de toda falta y una defensa sin cuestionamientos.". Este principio no era meramente una regla; era el núcleo de su existencia, un juramento que mantenía unida a la familia en los momentos más oscuros. Cada hermano salvado era un recordatorio de la responsabilidad que llevaban sobre sus hombros. No se trataba sólo de la lealtad, sino de un pacto que trascendía el tiempo y la traición, obligándolos a protegerse mutuamente, sin importar los errores del pasado. La unión de los Andreato no era simplemente por sangre, sino por la profunda necesidad de cuidar y redimir a cada uno de los suyos, un lazo inquebrantable que definía quiénes eran realmente.
Julietta Andreato
Timothée Andreato
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Teen Kanima (TEEN WOLF)
FanfictionSu fría mirada era algo genealógico, la frialdad que transmitía en sus verdosos ojos eran para esconderse en el lugar más oscuro que puedas hallar. Porque estos eran cazadores. Su hermosura era sobrevalorada, hasta que se convierta en un Kanima, tr...