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25 de diciembre de 2018.
Ruan, Francia.

Thylane Roché.

— ¡Orden para Thylane! — se escucha en el café. Junto a Jared nos levantamos de nuestras sillas y caminamos hacia la barra para buscar nuestros vasos y dejar una propina.

— ¡Oh, no puedo creer lo que estoy viendo! — alguien exclama a mis espaldas llamando la atención de ambos.

Una sonrisa grande se posa en mi rostro al voltearme y ver a las dos personas allí paradas. — ¡Tanto tiempo! — exclamo antes de abarazarlos con fuerza.

— Demasiado, pequeña. — murmura Pascale, tiene sus ojos algo húmedos, ella es muy emotiva desde siempre.

— Oh, déjenme presentarles a Jared Halstead, mi novio. — señalo al chico junto a mí quien sonríe a la pareja mayor. — Jared, ellos son Pascale y Jean Gasly, los papás de...

— Pierre. — me interrumpe el americano. — Es un placer conocerlos.

— El gusto es nuestro, créeme, moríamos por saber quién es el privilegiado que puede llamarse novio de nuestra niña. — dice Jean con cariño provocando que me ruborice un poco.

Al igual que Pierre con mi familia, luego de nuestra ruptura continué teniendo una excelente relación con sus padres y sus hermanastros, aunque no los veo mucho porque me la paso viajando y no ando tanto por Ruan.

— ¿Ya pidieron? — Pierre llega a nosotros con la mirada puesta en su teléfono, y sin poder evitarlo me tenso un poco en mi lugar.

— Hijo, quita la mirada de ese aparato y saluda. — lo reprende Pascale.

El castaño suspira antes de bloquear la pantalla y levantar su vista hacia nosotros. Su cabello luce ligeramente más largo que en el cumpleaños de Anthoine al igual que su barba, también, gracias a la luz del día, sus ojos lucen más azules y hermosos.

Maldito Pierre Gasly con sus ojos perfectos.

— Oh, Thyl, hola. — murmura al verme. Lo duda un poco, puedo verlo en sus gestos, pero finalmente se acerca a mí y besa mis dos mejillas. Luego su mirada se dirige a Jared y a su mano en mi espalda baja, y es inteligente por lo que puede atar los cabos solos. Una sonrisa de lado aparece en su rostro, pero pese al tiempo separados aún lo conozco lo suficiente como para saber que esconde algo detrás, y no es necesariamente bueno. — Tú debes ser Jared.

Pierre le estira su mano y mi novio tarda unos segundos en estrecharla. — Así es, soy su novio.

— Lo sé. — asiente Pierre.

Un silencio algo incómodo se forma a nuestro alrededor, pero por suerte los dos adultos presentes son buenos en romperlos.

— Oh, Thyl, no pudimos darte nuestro pésame por Gida. — dice Jean de repente.

Bueno, quizás prefiero el silencio incómodo a tratar este tema.

Un nudo se instala en mi garganta y mis ojos se humedecen un poco, aún así intento sonreír. — No se preocupen, sé que estuvieron junto a mí familia y eso lo aprecio muchísimo.

BEGGING • Pierre GaslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora