001.

1.4K 96 2
                                    

16 de diciembre de 2017.

París, Francia.

- Pierre, cariño, ya lo hablamos... - digo un poco cansada ya. Aplasto el teléfono hacia mi oreja con ayuda de mi hombro mientras me concentro en el dibujo frente a mí.

- ¿En serio me dices que no vas a venir a ver mis carreras por ese trabajito tuyo? - pregunta enfadado y usando un tono demás despectivo.

Me obligo a mí misma a dejar el portaminas y el carboncillo sobre el escritorio frente a mí. No me voy a permitir arruinar mi diseño por la estupidez de mi novio.

- ¿Ese trabajito mío? - repito con amargura mientras me levanto de mi silla para girarme y observar por el enorme ventanal frente a mí, buscando que la imagen de la perfecta ciudad en la que tengo la dicha de vivir me otorgue un poco de tranquilidad. Suspiro contando lentamente hasta diez. - Mi amor, cuando corras en Mónaco me tendrás en tu box alentándote, lo sabes a la per...

- ¡No te quiero solo en Mónaco, Thylane, ese es el problema! - me interrumpe. Puedo notar que camufló un grito en un susurro, en París son las dos con quince de la tarde, por lo que en Australia serían las diez de la noche, aproximadamente, y, de ser así, Pierre seguro se encuentra con el resto de pilotos cenando. - Las novias y esposas de todos están aquí, los chicos me preguntan por ti y ¿qué se supone que conteste?

- Pues con orgullo deberías decir que tu novia está trabajando por su futuro, Pierre. - respondo entre dientes ya completamente indignada por este reclamo estúpido suyo.

Una risa amarga proviene de su línea. - ¿Haciendo esa pasantía? Vamos, Thylane, con el dineral de tu familia sabes que puedes fundar tu propia marca y tener a cuanta persona se te ocurra trabajando para ti.

Un gemido se me escapa, pero lejos de ser uno lujurioso se trata de uno provocado por indignación e incredulidad.

- Vaya, Pierre, parece que después de tres años y medio de relación no me conociste ni mierda. - murmuro con un sabor completamente amargo en mi voz.

- Thyl, sé que no quieres depender de tus padres y su dinero, - dice luego de un suspiro, se lo oye más calmado. - pero puedes dejarlo todo y yo puedo mantenerte, lo sabes. Yo... solo pido que me acompañes a los Grandes Premios.

- ¡No me estás pidiendo "solo" eso! - exclamo remarcando la palabra "solo". - ¡Me estás pidiendo que abandone mis sueños, que abandone mi carrera solo para seguir tu culo alrededor del mundo y encima depender de ti!

Él se ríe. - ¿Carrera? ¿De qué carrera me estás hablando, Thylane?

Honestamente no puedo creer lo que escucho. Decido ignorarlo para no amargarme. - Dejame ponértelo así: de ser al revés las cosas, de ser yo quien te pida a ti algo tan importante como dejar todo por lo que estás esforzándote solo para seguirme el culo a donde sea, ¿lo harías? ¿Dejarías el automovilismo y la Fórmula 1?

- Es completamente distinto, Thylane. - responde con seriedad. Voy a preguntarle dónde ve la diferencia pero él se adelanta. Y su respuesta me deja helada. - Es distinto porque mi carrera es un hecho mientras que la tuya es tan solo una puta ilusión tuya que ni siquiera sabes si vas a llegar a cumplir. ¿Te consideras con el talento necesario, Thylane?

Me quedo callada durante unos segundos. Por un lado porque no puedo creer lo que sale de su boca, por otro porque tengo unas mínimas esperanzas de escuchar su carcajada para luego decirme que todo era algún chiste malo de los suyos.

Pero eso jamás llega.

- Suerte en tu carrera, Pierre. Y no solo en la de este fin de semana, me refiero a tu carrera en la Formula 1. - carraspeo tratando de que mi voz no salga entrecortada debido al gran nudo que llevo en mi garganta. - Hasta acá llegamos, obviamente no estamos en las páginas del mismo libro y yo creo merecer a alguien que valore y sobre todo respete mis sueños y aspiraciones, no a un machito que se piense que me compra con su dinero. Que te vaya bien, adiós.

BEGGING • Pierre GaslyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora