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28 de diciembre, 2018.
Maldivas, Océano Índico.

Thylane Roché.

La puerta se abre unos segundos después de que le di un par de golpes, dejándome ver del otro lado a nadie más ni nadie menos que...

— ¡Hola, Kat! — exclamo con una sonrisa pequeña en el rostro al ver a la novia de Pierre frente a mí. La chica me mira entre confundida y seria. — ¿Sabes si alguno de los chicos está despierto?

— ¿Por qué? — indaga de brazos cruzados. La maleducada ni siquiera me ofrece entrar a la cabaña.

— Bueno, me parece que hace un día hermoso para salir a correr y en mi cabaña aún duermen, así que pensé en los tres pilotos. — me encojo de hombros.

La realidad es que no pensé en los tres sino que lo hice solo en uno de ellos: Pierre. Lo vi en línea hace unos minutos así que sé que está despierto, Kat no parece ser una chica que haga mucha actividad física por lo que estoy un poco segura de que no querrá unirse si invito a su novio a correr, ¿verdad? Y en serio espero que no sea tan celosa como para hacerlo, porque de verdad necesito hablar con él y saber qué mierda escuchó el maldito chismoso.

— Todos duermen, lo lamento. — la mueca de tristeza que hizo es tan falsa que mi sobrina de dos años se sentiría decepcionada al verla.

— ¿Estás segura de eso? — enarco una de mis cejas y dejo atrás la sonrisa amable que intenté mantener hasta ahora. La muy yegua se atrevió a mentirme en la cara.

— Bastan -

— ¿Qué haces en la puerta? — y es justo en ese momento, cuando la voz de Pierre la interrumpe, que mis labios vuelven a curvarse hacia el cielo pero esta vez con pura y completa satisfacción. A los pocos segundos el francés se deja ver detrás de su novia y me mira sorprendido. — Buen día, Thyl, ¿necesitas algo?

— En realidad decidí salir a trotar y me preguntaba si alguno de ustedes querría hacerlo también. — mi mirada es básicamente un "vienes o vienes", y sé que lo capta, me conoce bien.

Pasan unos segundos en silencio hasta que finalmente asiente. — Deja me pongo zapatillas deportivas.

— ¡Pero no desayunaste! — exclama su novia mientras el piloto se aleja.

— Kat llevo despierto una hora más que tu, ¿qué crees que hice durante ese tiempo? — responde sin voltearse a ella.

La castaña vuelve su mirada a mí solo que esta vez su entrecejo está fruncido. — Tú esperas aquí fuera.

Y así la maleducada me cerró la puerta en la cara. Suelto una risa incrédula y comienzo a caminar hacia el final del puente de madera para esperar a Pierre en la arena.

Miro el cielo celeste, libre de cualquier nube que lo manche y opaque su esplendor y no puedo evitar suspirar al sentir un poco de nostalgia. Luego de la discusión de anoche, Jared me obedeció y se fue. No sé si volvió a USA o si solo se cambió de cabaña, pero por la nuestra no apareció y sus cosas siguen ahí. Bueno, ahí descarto lo de volver a su país ya que para eso necesita su documentación.

Me entristece mucho todo esto, durante meses batallé con mi propia cabeza al intentar autoconvencerme de que él sí me ama de la misma forma en que lo hago yo con él, pero ya no puedo seguir engañándome, de ser así no pondría condiciones y amenazas.

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2021 ⏰

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