Imaginación al máximo [One Piece One-shots]

Luffy, Ace y Sabo

La Plaza del Nunca

Año: 1938

En una pequeña casita una joven mujer se encontraba con su hijo de no más de cinco años, contándole historias maravillosas.

-¡Ese lobo era muy extraño! -dijo el niño una vez su madre finalizó el relato.

-¡Lo sé! -Se rió y el menor frunció el ceño-. Oye, pequeño. -El niño dejó su expresión de enfado para prestar atención a lo que diría su madre-. ¿Alguna vez te he contado la historia de "La Plaza del Nunca"?

El niño negó.

-Bueno -dijo contenta mientras se acomodaba en aquella silla de madera-. Supongo que tendré que contártela.

Con emoción y un brillo en los ojos sacudió la cabeza de arriba a abajo; claro que quería escuchar, ¡las historias de mamá eran las mejores! Sin dudar, se acomodó mejor en suelo, sentado como indio.

-De acuerdo. -Tosió un poco para con una voz fingidamente grave proseguir-. En los antiguos relatos de los pobladores de los pastizales del Norte del país, existía algo llamado "La Plaza del Nunca", que, según cuenta la leyenda, era un lugar al que llegaban las almas muertas en vida.

-¿Y cómo sabría si alguien está en La Plaza del Nunca? -preguntó el niño confundido.

-Es algo que sientes. -Sonrió y acarició la cabeza del pequeño-. Aún eres joven para entenderlo.

Año: 2008

El joven entró al bar. Había observado todos los asientos disponibles y optó por ir a un asiento de la barra que quedaba algo alejado del resto. El cantinero, un hombre de alrededor de 74 años, llegó al frente de él para atenderlo.

-Dos botellas de Ron, por favor. -Ordenó y el cantinero se lo trajo.

Mientras bebía observó al cantinero limpiar la barra y con curiosidad decidió hablarle.

-Hey, usted se ve algo interesante... misterioso y extraño también, pero bueno. ¿Qué me cuenta de su vida?

El viejo cantinero se volteó a mirarlo y con burla le dijo. -Yo creo que mi vida ha sido misteriosa, extraña e... -sonrió- interesante.

-Vaya. Yo la verdad no soy la gran cosa. Sólo un borracho que le gusta vivir la vida al máximo.

-¿Y cómo vives al máximo tu vida?

Y así comenzó. Tras risas y charlas la conversación llegó a un punto interesante.

-Sabes -el muchacho dio otro trago a su vaso con Ron (no bebería directamente de la botella), y recibió la atención del más mayor-, he oído de un rumor acerca de la familia Portgas D. Al parecer llegaron a este pueblo hace algunos años, se decía que eran la familia perfecta. Actualmente su casa fue tomada por el estado y va a ser vendida. ¿No te parece curioso?

El viejo sorprendentemente se puso serio. Bajó su cabeza y su mirada se oscureció. -Esa familia era de todo menos perfecta. Deberían quemar esa horrible casa.

-¿Eh? -el chico estaba confundido-. ¿Qué te pasa, viejo? ¿Se te metió la superstición de viejo que tienes? -Y se rió.

-No, no, no, chico. -Negó con la cabeza-. No creas en los rumores, estos pueden decir mentiras. Yo te diré la verdad de esa familia.

-¿Ah, enserio? ¿Y usted cómo sabe eso?

-Los viejos sabemos más que los jóvenes, ¿no?

-...Supongo...