Robin x Ace

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Los Secretos de Belleza de Ace

Era una mañana muy tranquila y normal en Alabasta. Ace caminaba despreocupado hasta que se durmió y su cara se estampó contra el piso.

Cuando despertó, se encontró con los lindos ojos azules de una hermosa chica que le miraba preocupada.

—Pensé que habías muerto.

Ace se levantó del futón donde estaba acostado y se estiró haciendo tronar los huesos de su espalda.

—Sí, me lo dicen a menudo.

La chica sonrió, se levantó —porque estaba de cuclillas para ver mejor al pirata— y se dio la vuelta dejando por unos instantes su trasero casi que en la cara de Ace.

Ace es despistado y, a veces, muy a veces, casi todo el tiempo; idiota. Pero algo que no se podía negar es que era

humano, y como humano podía llegar a sentir cierta atracción hacia otros seres humanos, y en este caso no pudo evitar sonreír cuando tenía a una linda chica cuidando de él.

Sin poder evitarlo un pensamiento fugaz vino a su mente y se sonrojó. Casi de inmediato sacudió su cabeza y se palmeaba la misma con sus manos.

—Ace malo, deja esos pensamientos, eres un degenerado —dijo para sí mismo.

Después de que la chica volviera y le diera un té, Ace se despidió de ella y se marchó de ese lugar. De vez en cuando se chocaba con una que otra chica linda por ahí, todas tan bonitas con sus ropajes extravagantes, sus largos cabellos, sus lindos ojos y sus muy interesantes atributos.

Lo ves, Marco, te dije que no era gay.

Finalmente llegó a un restaurante cualquiera, se sentó en la barra y lo atendió una chica, una chica joven. Sí, joven, pero le sorprendía que no fuera tan linda como todas las demás chicas que había visto por ahí, ¿será esta un espécimen raro y distinto del montón? Pensó.

Quería dejar eso pasar porque no era alguien que juzgara a las personas por su apariencia, pero cuando ella trajo su pedido de comida no pudo evitar preguntarle sobre su discordancia con el resto de mujeres que presenció antes.

Ella se rió.

—Fu fu fu, es que ahora quiero pasar desapercibida para trabajar como persona normal.

Ace no entendió nada.

—¿Entonces puedes cambiar tu apariencia? ¿Es una especie de fruta del diablo?

Ella negó.

—Son secretos de belleza.

—No entiendo —Ace hizo un puchero. La joven recargó sus codos en la barra y su barbilla en sus manos.

—Así como tú te bañas y te pones accesorios para verte de cierta manera. —Ace casi se atraganta con el pollo que comía y apretó sus labios, ¿cómo le explicaría que no se baña, o al menos no lo hace sin las mil amenazas que le hace Marco antes?—. Nosotras, las chicas, utilizamos métodos para vernos de la manera que más nos gusta.

—Creo que voy entendiendo. Entonces les gusta verse más bonitas.

—En efecto.

—¿Pero por qué verse más bonitas? —Ace no entendía, él se ponía lo primero que encontraba cuando se iba a vestir.

—A todos nos gusta ver algo bonito. Hay quienes les gusta no sólo ver cosas bonitas, sino verse y sentirse bonitos.

—Oh...

Ace se avergonzó ferozmente. Se acaba dar cuenta del terrible error que cometió al tachar a aquella chica como "fea" cuando simplemente era una persona normal, como él. Que quizá en la mañana se levantó y no le dio ganas de bañarse, como él, y que no se hizo esos "secretos" para verse "tan hermosa" como las demás extravagantes chicas. Simplemente bajó la cabeza, Marco tenía razón, él era un idiota.

Imaginación al máximo [One Piece One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora