Era un día nublado, a diferencia de los previos, cuyas mañanas se encontraban tan despejadas como una escuela en vacaciones. Pero esta condición climática no impidió a Giuliana realizar su rutina diaria.
Eran las ocho de la mañana en punto, cuando This Time de Jonathan Rhys Meyer sonó en su celular, que a la vez hacía de alarma. Quince minutos mas tarde, se levantó perezosamente de la cama y se dirigío al baño para alistarse. Mas tarde bajó las escaleras hasta el comedor para desayunar, donde hallo a su padre ataviado con su vestimenta de trabajo.
-Buenos días papi- saludó cantarinamente mientras se sentaba frente a él. Era un hombre de unos treinta y siete años, un padre joven, siendo que ella misma tenía diecisiete. Su cabello era negro y lacio, sus facciones afiladas, ojos avellana y nariz prominente. Poco o casi nulo parecido con su hija, a excepción de la altura y el físico.
-¿Descansaste?- preguntó a modo de saludo. Esta mañana se lo veía algo ocupado, como siempre leyendo el diario en la sección de mercado.
-Si, estoy empezando a acostumbrarme a mi cama, va a todo, asi que no me siento tan perdida cuando despierto en las mañanas.- explicó encogiendose de hombros mientras untaba una tostada con mermelada de ciruela.
-Eso es genial- dijo con sincero entusiasmo. No era de esos padres estrictos, mas bien todo lo contrario. Al llevarse pocos años con su hija congeniaban muy bien.- Hace poco que te mudaste a Japón, pero ya vas a ver que te va a gustar.
-Si...- En ese momento comenzó a sonar Switchfoot en su celular, indicando una llamada entrante.- ¿Me disculpas, padre?- pregunto con fingida formalidad. Él sólo asintió.
Estuvo hablando por unos momentos, hasta que, finalizada la llamada, se levantó abruptamente de su silla llamando la atención de su padre. - Era de mi trabajo, me necesitan en la central a las 10,30 am.- explicó, mientras se acercaba a darle un beso en la mejilla.
-Entonces, andá a cambiarte...¡Suerte!
-¡Gracias!...- le gritó desde el vestíbulo.
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-¡Joven Ootori, su padre se encuentra en una conferencia!- le advertía la secretaria, algo agitada, tratando de impedir que el muchacho ingresara en la oficina de su padre. Kami sólo sabía que sucedería si no cumplía las órdenes del Yoshio Ootori.
-Ya lo sé, Matsumi. Él mismo me dijo que lo esperara en la antesala.- le explicó con su aire de solemnidad, tan cararterístico de él. Haciendo caso omiso a lo que la secretaria farbullaba, ingresó a la sala que se encontraba entre el hall de ese piso y la oficina de su padre. Y allí esperó. Según sus cálculos, la conferencia o teleconferencia con el empresario Ruso, debía de concluir en los próximos veinte minutos. Y así fue.
La puerta de la sala de conferencia, hubicada a su izquierda, se abrió seguida de un par de voces cordiales que discutían acerca de las reunión concluida. Su padre, junto a otros accionistas del conglomerado, comenzaron a desfilar por la puerta, dejando a salir en último lugar a una muchacha de rizos marrones y razgos mestizos que vestía formalmente, y curiosamente le resultaba muy familiar.
¡Era Giuliana! Se percató Kyouya sorprendido. ¿qué demonios hacía esa chica saliendo de una reunion de empresarios? Llevaba un vestido formal de color gris, cuello bote que le llegaba hasta las rodillas, adornado con un cinturón negro el cual convinaba con sus zapatos de tacos altos y cartera. Estaba distinta, no se la veía con su sonrisa jovial, sino con un aire de madurez que la hacían aparentar mas edad de la que tenía.
Ella lo miró, y lo reconoció, pero no lo saludó como normalmente hacía, sino que le dedicó un leve gesto de la cabeza. Luego observó a su padre que le dirigía la palabra.
-En el hall Matsumi te entregará una carpeta con documentos del conglomerado Eubea de Grecia para que me traduzcas.- indicó cordial y fríamente.- Puedes retirarte.
-Si, Señor Ootori. Adios.- inclinó la cabeza a modo de saludo y se fue del lugar.
-Padre...- llamó Kyouya al presidente de la compañía.- ¿Qué precisabas de mi?
-A mi oficina, allí hablaremos debidamente...
Esa misma noche, Kyoya logró irrumpir en la base de datos de la empresa de su padre, y buscó la entrada Giuliana. Un archivo apareció casi al instante, con información acerca de la muchacha de la que estaba seguro, no sería la última vez que vería. Anotando lo mas destacable de su cuadernillo, sonrió satisfecho.
Nombre Completo: Giuliana K. S. Vangorth
Edad: 17 años (23/06/95)
Estatus: Clase media
Deporte: Hockey.
*Datos personales a investigar
Padre Asiático, madre Americana. Hija única, madre fallecida en su niñez.
Trabajo: Traductora e Intérprete del Conglomerado Ootori. (Español, Inglés, Francés, Aleman, Ruso, Griego, Árabe y Chino)
Hábito: Asistir al Centro de Estética, Belleza y Serenidad Ootori.
Celular: xxx-xxx-xxx
Estado civil: tiene novio.
*Seguir investigando.
Y a pesar de haber reunido mas información acerca de esta muchacha, la curiosidad de Kyoya no estaba satisfecha.
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