Hay Que Aceptarlo ; Capítulo 10

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Ambientado en un apocalipsis zombie.

-N. O.-

Una llovizna de granizado avisaba que tal vez el invierno se adelantaría un poco, pequeños trozos de hielo golpeaban los techos y las cabezas de las personas que corrían buscando refugio. La lluvia estaba tan fría que dejaba las ventanas de la cafetería empañadas.

¿Había sido solo una casualidad que aquella lluvia poco recurrente diera aparición justo cuando juntaron sus labios?, ¿o algo especial había pasado?

Afuera estaba helado, pero se sentían cálidos. Como si estuvieran en la típica escena tranquila, donde tomaban chocolate caliente frente a una fogata y afuera caía una fuerte tormenta de nieve.

Los labios del castaño eran como el chocolate caliente, extrañamente sabían de verdad a chocolate, y no entendía por qué. Sus manos unidas podían tal vez asemejar a la fogata, pues sentía aquel tacto como algo realmente cálido.

Aún seguía sin entender cómo había sucedido todo aquello. ¿En qué momento se enamoró?, ¿por qué no se dio cuenta?. Todas las sensaciones que sentía frente a él delataban amor, todos sus pensamientos, todas sus palabras coquetas. Lo había dejado pasar todo como si nada, sin detenerse a pensar por qué actuaba de ese modo.

Si ni él mismo notó su enamoramiento, menos el de Luzu, quién seguro se esmeró en dar pistas para que él se diera cuenta.

Se sentía bastante estúpido.

El menor hacía movimientos torpes con vehemencia, dando a entender que tal vez era su primer beso, o mejor dicho el segundo. Sus actitudes le parecieron sumamente tiernas en ese momento, así que soltó con delicadeza una de sus manos que estaba aferrada a la del castaño, llevándola a la mejilla de este para guiarle.

Sintió como Luzu inclinaba la cabeza apoyándola en su mano, sintió como no era el único con la cara ardiendo, y sintió como el menor se estremecía cuando él correspondió su beso.

Beso el cual se rompió después de un rato para por fin poder respirar. Hubo un silencio profundo cuando sus ojos antes cerrados se conectaron, dando espacio para que él apreciara el intenso brillo en los ojos café de Luzu; y después, como si sus oídos hubieran estado tapados hace un momento, el ruido de la cafetería volvió.

Oía el tintineo de las bandejas chocando, personas cuchicheando chismes y muy cerca... ¿Dos personas aplaudiendo?.

Volteó y descubrió a Alex y Rubius sonriendo con emoción en sus ojos, aplaudiéndoles como si hubieran hecho algo increíble; Auron estaba al lado de ellos, este solo sonreía con un toque de picardía.

— Ya era hora... — exclamó Alex con una sonrisa en su rostro.

Dejaron de aplaudir aún con sonrisas en la cara, pero esta vez se les veía un poco preocupados.

— Luzu tío... ¿Estás bien? — Rubius se acercó y puso una mano en el hombro de este.

El castaño estaba embobado viendo el piso, su cara había perdido el intenso color carmín dejándola pálida. El albino también se preocupo, puso una mano en su otro hombro para después agitarlo para que volviera en sí.

— ¿Luzu? — este abrió los ojos con una expresión de pánico, volvió su mirada chocolate a la de color esmeralda.

Los ojos del menor seguía brillando como estrellas, era la primera vez que veía ese brillo por tanto tiempo sin que desapareciera. Luzu tomó a el albino por los hombros y lo agitó confundiendo a todos.

— ¡ME BESASTE!, ¡TE BESÉ!, ¡ESTAMOS LOCOS! — gritó el castaño con una sonrisa involuntaria, atrayendo la atención de todos los curiosos pueblerinos, quienes estaban impactados por el nuevo acontecimiento en una de sus "novelas" preferidas — ¡Le prometí a Nieves que volvería a verle!, ¡GUILLE!, ¡TENEMOS QUE DECIRLE QUE ENCONTRAMOS A SU HERMANO!

•°Sopa De Esporas | Luzurex°• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora