x. Firedeath

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CHAPTER TEN
FIREDEATH
(VIS VELARYON)

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Había muchas formas en las que me imaginaba ayudando al reino que iba a heredar mi madre, pero huir de Mercaderiva para ir de forma clandestina hacia Harrenhal no era una de ellas. No en los sueños más alocados que tengo me imaginaria escapando de las comodidades del castillo para ir hacia los bosques, pero sabía que las personas iban a cortarse las manos antes de tocar a una persona de cabello albino.

Esa seguridad me hizo seguir por los bosques sin detenerme en la noche. Prefería cabalgar toda la noche y dormir un poco durante el día, dónde el sol acompañaba mi caminata y no había tantos peligros de no ver nada.

Había pasado toda la noche cabalgado, pero incluso así sabía que las campanas de Mercaderiva habían sonado con ferocidad y que tanto Corlys como Rhaenys enviaron a sus hombres al bosque para perseguir mi rastro —incluso llegue a la idea de que mi madre le envío una carta a mi abuelo, pidiendo hombres para buscarme—. Si así era, todos sabían de mi partida y las recompensas que se hacían para llevarme a Mercaderiva o King's Landing.

Me detuve en el mediodia. Deje que el caballo comiera unas pocas manzanas de un árbol que encontramos y le dí algunos pedazos de carne que robe de las cocinas de Mercaderiva.

—¿Tienes nombre? —le pregunté, a sabiendas de que no iba a haber respuesta—. Te voy a poner uno. ¿Firedeath? Si hubiera tenido un dragón se hubiera llamado así, usaremos eso para ti. ¿Te parece?

No pareció entender, pero me empujo el hombro con la cabeza.

—Haremos esto en silencio —ordene, acariciando el cabello para comenzar a caminar—. ¿Bien? Iremos a Harrenhal, ahí está Lord Harwin. Me cuidara y a ti también, cuando nadie se de cuenta me iré para encontrar a Grey Ghost. No puedes acompañarme ahí, es posible que Grey Ghost te quiera comer. ¿Entiendes?

Firedeath no mostró señales de entenderme, pero en mi cabeza él había asentido con el hocico.

—Eres una buena compañía, Firedeath —dije, dando una patada al suelo para subirme encima de él—. Ojalá las personas sean como tú, leales y silenciosas. Tal vez así los buitres verdes no sean tan estúpidos y yo no tendría una puta cicatriz en el ojo.

Firedeath pareció asentir esa vez, a lo cual sonreí un poco. No me di cuenta de que era la primera vez en mucho tiempo que sonreía.

Firedeath era buena compañía, pues era silencioso pero daba unos casuales sonidos cuando eran necesarios, como si me entendiera y se pusiera de mi lado. Termine por contarle todo, acerca de mis más profundos opiniones y deberes con la corona, acerca de cómo peligra la posición de mi madre —y por ende la de sus hijos—, así como también le revele que Lord Harwin era mi verdadero padre e íbamos a verlo. Le termine por contar la terrible indecisión que tengo entre el deber y el deseo. Firedeath escucho con atención. Se convirtió en el primer ser que escucho todo lo que pasaba por mi cabeza, supongo que es porque Firedeath es lo único de confianza. Pues no habla pero si escucha, es el amigo que siempre necesite.

No hubo inconvenientes en el camino. Firedeath tampoco me dió problemas, algo que agradecí enormemente.

Llegamos después de un día más, tardando en total dos días en ir hacia Harrenhal. A medida que me acercaba, decidí que era mejor cubrir mi cabello con mi capucha, y eso hice.

Los guardias me detuvieron en la puerta.

—¿Quién eres, niño? —preguntó el guardia.

Firedeath hizo un sonido enfadado, pero le di unas palmadas en el lomo para que calmara ese humor.

Duty And Desire ♱ House Of The DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora