xi. Grey Ghost

949 116 161
                                    

―•✧•―•✧•―•✧•―•✧•―

CHAPTER ELEVEN
GREY GHOST
(VIS VELARYON)

―•✧•―•✧•―•✧•―•✧•―

Hacía menos de una luna había comenzado a investigar acerca de los lugares donde podrían estar Silverwing o Grey Ghost, y tomar al que creyera conveniente. Hubiera sido una buena idea tomar a Vermithor, pero recientemente llegó la noticia de que uno de sus ojos estaba ciego —ironicamente pensé que Aemond debería haber montado a Vermithor, así hacían una pareja de tuerto y ciego—.

Grey Ghost estaba en el norte, pero dió un giro y en las últimas noticias que se supieron de él es que rondaba por algunos campos cerca de Harrenhal. Siendo Harrenhal tan cercano a mi hogar, King's Landing, fue la mejor opción. No conté con que Laena iba a morir e íbamos a quedar en Mercaderiva unos días, pero de igual forma decidí ir a Harrenhal.

Fue una buena decisión, quise pensar, pero al ver desde la lejanía al bulto enorme de tonos grises y blancos sobre la tierra, quise irme corriendo.

Tal vez Laenor tuvo razón en la cena al decir que debía reclamar a un dragón pequeño que pudiera montar, pero recuerdo que hasta mi madre no estuvo de acuerdo con tal cosa. Me hubiera gustado que Jace y Luke estuvieran ahí para burlarse de mí.

—¿Esta todo en orden, princesa? —preguntó Lord Harwin.

«Si en algún momento quisiera un dragón, habría varios disponibles que aún son pequeños para ella» había dicho mi padre en la cena.

Tal vez tenía razón y debía conformar mi apetito con una cría más pequeña, pensé.

Luego recordé los rostros sangrientos de mis hermanos. Luke, mi pequeño, tenía las cejas y los labios partidos mientras la sangre aún caía por su nariz. Entonces di un paso al frente, decidida.

Iba a montar a ese puto dragón o morir en el intento.

—Estoy perfecta —le conteste, asintiendo mientras acomodaba mis guantes—. ¿Ya sabe que haré, Lord Harwin? No quiero que nadie se acerque si no les hago una seña.

—Sea consciente de cuando debe hacer la seña, princesa.

Bufé, asintiendo.

—Es posible que sea la persona más consciente de Poniente.

Y la más mentirosa, pensé.

Me gire hacia Grey Ghost, el cual aún dormía a metros y metros de nosotros. Cuando iba a ir hacia él, Lord Harwin me detuvo. Otra vez me gire, viéndolo con confusión.

—Tenga cuidado —me ordenó severamente. De inmediato asentí, sin demostrar cuánto me sudaban las manos—. Visenya, júramelo ahora, tendrás cuidado.

—Tendre cuidado —dije—, lo juro por la belleza de Otto y que me caiga un rayo si miento.

Lord Harwin entrecerró sus ojos, pero asintió y me soltó.

—Mas te vale.

Nuevamente asentí, pero me di la vuelta y comencé a ir hacia Grey Ghost. Para esto, tuve que bajar el relieve donde estábamos con cuidado de no tropezar con ninguna piedra.

Puedo hacerlo. Puedo hacerlo. Puedo hacerlo.

Recorrí las piedras que subían y bajaban por los relieves de las zonas nortes de Harrenhal. Mis zapatos estuvieron tentados a caer más de una vez, pero me sostuve a tiempo para disimular que no había problemas algunos. Había muchos mirando y se supone que debía mantener una imagen profesional para todos. Los dragones debíamos mantenernos de pie y firmes.

Duty And Desire ♱ House Of The DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora