iii. Relations Between Kingdoms

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CHAPTER THREE
RELATIONS BETWEEN KINGDOMS
(VIS VELARYON)

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Jamás había llorado tanto como cuando llegue a mis aposentos esa noche. No era muy difícil saber que jamás llore tanto como para que mi cuello y pecho se llenarán de la humedad de mis lágrimas, incluso tenía los mocos llegando hasta mis labios.

Esa noche Ser Harwin paso a ser Lord Harwin, heredero de Harrenhal luego de Lord Lyonel Strong. Renuncio con honor a sus títulos como Lord Comandante de la Guardia Real, supuse que le iban a dar el puesto a Ser Cristin Cole. Supe que Lord Lyonel iba a marchar con agradecimiento por las elecciones de su hijo (imagine que Larys Strong siendo heredero no se le hacia buena idea, como a muchos en general), sin embargo también logré ver tristeza en sus ojos por irse. Luego nos encontramos con Larys Strong, un cojo lleno de rabia, con los ojos clavados de Lord Harwin. Me aterró ver esa mirada. Parecía loco.

Aún así, únicamente podía pensar en mi pobre madre. Había pasado por tantas cosas con una edad tan joven, imagine que Lord Harwin fue el sostén que mi padre no pudo ser. Ver a mi madre con los ojos llenos de lágrimas que jamás dejo salir me partió el alma, y aún así supe que era lo mejor si ella quería ser heredera.

Incluso con esa justificación, me sentía como si hubiera salido del coño de Otto. Me gustaba pensar que mi madre y Lord Harwin habían nacido para amarse, y saber que fuí la razón de su separación me arde.

Luego estaban Jace y Luke. Cuando supieron comenzaron a llorar en los hombros de mi madre, diciendo que no pudieron despedirse e iban a extrañar a aquel honorable caballero que siempre los cuidaba.

«Si supieran que es nuestro padre —pensé—, si lo supieran van a odiarme».

Lord Harwin se fue en la noche. Fue casi poético cuando imagine al caballo oscuro corriendo entre las estrellas, tan poético como trágico. El dragón negro se alejo de sus pequeños dragones y la dragona dorada, todo para protegernos.

Realmente admiraba y respetaba a Lord Harwin.

En la mañana me encontré a mi misma corriendo hacia los aposentos de mi abuelo para una charla larga. Dioses, sabía que iba a pedir por algo totalmente demencial y revolucionario (para ellos) pero me tenía fé. Si digo lo adecuado y acudo a lo adecuado, tengo la leve esperanza de poder lograrlo. Después de todo, mi abuelo siempre fue un fanático leal de la buena voluntad en la familia.

Era necesario.

Tan necesario que me hacía pensar que hacía lo correcto. Con Lord Lyonel afuera del juego, no había nadie en el Consejo que de unos buenos consejos a mi abuelo de forma desinteresada. Necesitaba a alguien, ¿y qué mejor que un familiar cercano como lejano?

Cuando estuve frente a sus aposentos eleve mi mano para golpear la puerta. Antes de que pudiera golpear, la puerta se abrió para revelar a Aegon. «Vaya, vaya, vaya». Aegon me miró con sorpresa pero luego sonrió.

—Hola, Visenya.

Hice una mueca, pero era mi intento de sonrisa.

—Buenos días. ¿Está tu padre?

—Esta en su cama, apenas se levanta —explicó Aegon con una leve sonrisa—. ¿Vienes muy seguido a verlo? Yo a veces vengo.

—¿Desde cuándo eres cercano?

—No lo soy, ninguno de nosotros —Aegon negó. Supe que estaba refiriéndose a sus dos hermanos, a lo cual asentí—. Hace un par de noches que vengo para hablar con él. Nada importante, solo le digo que deberían traer más vino dorniense. ¿Lo has probado?

Duty And Desire ♱ House Of The DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora