xiii. The Terror of the Knights

816 93 96
                                    

―•✧•―•✧•―•✧•―•✧•―

CHAPTER THIRTEEN
THE TERROR OF THE KNIGHTS
(VIS TARGARYEN)

―•✧•―•✧•―•✧•―•✧•―

Todos se veían como puntos oscuros desde el lomo de Grey Ghost.

Cómo pequeños duendes llenos de veneno y discordia, y solo iba a hablar de los ignorantes que apoyaban un reinado que aún no surgía. No me atrevería a hablar de los demás habitantes de King's Landing, eran personas realmente desafortunadas.

Imagínense pasar de vivir bajo el próspero reinado de Jaehaerys al actual (sin importar el cariño que tenga por mi abuelo, su reinado no es el mejor).

Quise imaginar que, al verme, los habitantes de King's Landing habían chillado con miedo por el dragón gris sin jinete. Sonreí por eso. Y si bien sonaba arrogante, me gustó la idea de recorrer ese lugar sobre un dragón enorme.

Siendo una niña, jamás me había sentido tan poderosa.

¿Eso era lo que sentían los demás todo el tiempo? Porque en serio le gustaba.

Detrás de mi, pude ver el dragón Meleys. Ese enorme dragón que me daba miedo de niña apenas era un punto oscuro en el cielo en comparación a Grey Ghost, y eso me fascinó.

Estuve dando vueltas con Grey Ghost. Meleys ya había ido al Pozo del Dragón, pero me negué a bajar hasta que los carruajes de mi madre no estuvieran ahí.

¡Vuela más alto, amigo! —grite, riéndome en el aire—. ¡Vamos a divertirnos un poco!

Grey Ghost me hizo caso, elevando sus altas y moviendo sus patas para mover su cuerpo hacia arriba. Sujete sus escamas con fuerza, abrazando mis piernas a su piel escamosa. Sin importar cuanto miedo tuviera de caerme, sonreí abiertamente.

«Que los Dioses no permitan ver a una niña feliz tras enterarse de la muerte de su poco astuto padre» pensé casualmente.

Entre los vuelos, pude ver los carruajes acumulándose en el Pozo del Dragón. Lance un suspiro, y antes de poder ordenar algo, Grey Ghost ya estaba bajando en picada hacia abajo. Lance un grito al aire, aunque se mezclo con mi propia risa.

¡Baja con cuidado!

No me hizo caso.

Cuando los pies de Grey Ghost golpearon el suelo, me sacudió con fuerzas y mis manos se rasgaron con su piel escamosa. Apenas pude reincorporarme, porque mi dragón lanzó un rugido hacia la gente que tenía en frente.

«Pequeñas hormigas» pensé sarcásticamente, sin ningún rastro de la seriedad que rondaba por mi mente en los últimos días.

¡Tranquilo, Grey Ghost!

Mi dragón dejo de rugir, aunque de vez en cuando lanzaba algún que otro gruñido.

Una vez que me acomode, mire hacia abajo.

Era un descontrol enorme. Los que no veían con miedo al nuevo dragón gris, estaban gritando por órdenes para saber que hacer. Sonreí nuevamente. Mis ojos se encontraron con la silueta de mi abuelo, él estaba en una silla y veía al dragón con sorpresa.

Los carruajes de mi madre llegaron.

Calma, chico —le dije—. Pon tu ala para que baje.

Grey Ghost movió su cabeza, sacudiendo sus cuernos con el mismo movimiento. Extendió su ala, dejando de moverse cuando apoyaba mis pies en la misma. Aún me mostraba insegura al bajar de él, si tuviera al menos una protección seria menos insegura con él.

Duty And Desire ♱ House Of The DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora