∞ Cap 10 ∞

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Capítulo 10

Mew se encerró en un cuarto y lo dejó sentado en la sala de su penthouse con un vaso de agua con hielo. Así como le gustaba a él, sonrió al saber que lo había recordado. Estaba tan metido en sus pensamientos de cómo le podría estar yendo a Hazard, que no notó que un gato blanco con negro de pelo largo estaba recostado a un lado de él. Dejó el vaso en la mesita de centro y tomó al gato en sus manos para colocarlo en su regazo y poder acariciarlo. En cuando lo elevó del sillón, un ladrido lo asustó e instintivamente abrazó al gato intentando protegerlo. Afortunadamente el canino se encontraba resguardado detrás de un corralito y aunque no parecía tan alto, el perro no tenía intención de saltar. El ladrido solo había sido con el fin de llamar su atención.

- No hay peleas entre ellos – la voz de Mew entrando a la sala lo puso en alerta.

- ¿Cómo está Hazard? – preguntó nervioso sin soltar al gato de Mew.

- Va a estar bien – respondió – la herida no fue profunda y no lastimó ningún órgano vital, pero necesitara reposo –

- ¿Puedo verlo? – preguntó Gulf ansioso.

- Claro que sí, sígueme – le indicó al menor y cuando éste iba a bajar al felino bicolor Mew habló nuevamente – Kana puede venir, no le hará daño a Hazard –

- ¿Kana? – Gulf miró confundido a Mew - ¿Le has puesto mi apodo a un gato? – no estaba enojado, solo conmocionado con la noticia.

- Es gata – corrigió Mew – y... - quería bromear con Gulf como solían hacerlo antes pero sabía que las cosas entre ellos ya no eran las mismas, así que se abstuvo de hacerlo – también es un lindo nombre de origen japonés –

Entraron a una habitación en donde Mew tenía un montón de cajas con la leyenda "frágil". Sin embargo, Gulf solo pudo concentrarse en su pequeño gatito herido. Estaba acostado en una camita aparentemente dormido mientras un suero entraba por sus venas.

- ¿Pondrás un consultorio en este lugar? – preguntó Gulf al ver cajas de medicamentos y algunas instrumentos para la atención de animales.

- No – respondió Mew – tengo un squad en casa, necesito tener lo necesario para su cuidado – Gulf lo miró confundido – es decir, además de Kana, tengo un perro, un hámster y con conejo –

El menor volvió su atención a su mascota y lo acarició con cuidado. Le parecía un poco extraño entablar conversación con Mew, y más raro que fuese él, el que preguntaba cosas que no deberían importarle. No se supone que estuviera interesado en saber más acerca de la vida de su ex pareja, pero otra duda surcó su mente y no pudo evitar sacarla de su sistema.

- ¿Estás por mudarte? – preguntó Gulf haciendo hincapié en las cajas de mudanza que estaban por todas partes.

- Sí –

Era obvio. No le parecía muy práctico que Mew viviese en el penthouse de un hotel si tenía tantas mascotas y además debía atender emergencias médicas de animales. Aunque nuevamente, ¿A él qué le importaba?

- Lo más conveniente para Hazard, es que esta noche lo dejes aquí – habló Mew con profesionalismo – podré estar al pendiente de él toda la noche para observar su avance –

- Pero ¿Y mañana? – Gulf no podía dejar de preocuparse.

- Descanso los fines de semana – fue la simple respuesta de Mew – aunque si surge una emergencia que mi colega no pueda cubrir, tendré que ir, en caso de que eso pase puedo avisarte –

- ¿Puedo quedarme un rato con él? – preguntó Gulf.

- Por supuesto – Mew tomó a Kana en sus brazos y salió de la habitación dejando solo a Gulf con su mascota.

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