∞ Cap 17 ∞

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Capítulo 17

Era jueves y Gulf se sentía extraño. El lunes por la noche había discutido con Mew y con su amigo Faye. El martes, éste no se presentó en la academia. Y sin embargo, el miércoles volvió y ellos hablaron como si nada hubiese pasado. Ni él ni Faye habían hecho un solo comentario respecto a lo que había sucedido aquella noche en la que le dijo a Mew que lo odiaba, aunque ese sentimiento, no era del todo cierto. 

Sabía que su madre tenía conocimiento respecto a eso. Faye le había contado. Pero, sin importar cuál fuera su proceder, o cuáles fueran sus decisiones, ella siempre iba a estar de su lado. Así que tan solo le comentó: "Adelante, si esa es tu decisión". Pero mierda, sinceramente nada estaba bien con él desde esa noche. Nada. 

Cuando Mew y Faye se fueron, entró a su departamento y lloró tanto, o quizás más, de como lo había hecho cuando se enteró que Mew no se casaría con él. Lo que le había gritado a Mew había sido derivado de tanto dolor acumulado por los años. Por aquel entonces había querido decirlo todo eso que lo estaba matando, deseaba verlo para escupirle en la cara que era un maldito cobarde. De alguna manera quería hacerle saber que era un malnacido hijo de puta y jamás iba a perdonarle lo que le había hecho. Perro ahora, ahora las cosas eran diferentes. 

El tiempo había sanado un poco esa herida y le había permitido pasar dos días realmente buenos en su compañía. Si bien no estaba del todo recuperado, existía una remota posibilidad de que ellos hablaran de aquel fatídico día y decidieran qué hacer después de charlar largo y tendido. No obstante ahora, esa oportunidad la había pisoteado como lo había hecho con el corazón. Se arrepentía mucho de haberle dicho todas esas cosas horribles.

¿Por qué había tenido que hacerlo? ¡Dios! él mejor que nadie sabía que las pertenencias de su ex novio eran recuerdos que conservaba de ambos y para nada eran la basura, pero como un idiota los había menospreciado quitándoles el hermoso valor sentimental que tenían. A pesar del odio y el resentimiento que supuestamente decía tener por Mew, no quería reconocer que algo del amor que había sentido por él aún estaba escondido en lo profundo de su corazón. Oculto en alguna parte, quizás esperando salir algún día. Aunque parecía que ese día jamás iba a llegar. 

Jamás había podido olvidarlo. Nunca había dejado de imaginar cómo hubiese sido su vida si él y Mew se hubieran casado. En su mente, ellos estarían viviendo en California, eso sin duda. Con muchas mascotas a su alrededor, quizás en un establo o una granja. Tal vez incluso tendrían un niño. Ellos habían tenido la oportunidad de hablar de la gestación subrogada en algún momento, pues Mew le había dicho que deseaba tener un bebé con sus genes. Y Gulf también quería un niño con los genes de Mew. 

Pero la situación actual era complemente distinta. Y todo ese sueño se había difuminado por completo. Esa tarde, Gulf estaba dando clase de violonchelo a un reducido grupo de personas cuando de pronto notó que Faye pasó por su salón de clases. Fue extraño no verlo detenerse en la puerta y mirar por la ventanilla para hacerle un gesto y perturbar su clase. Siempre lo hacía. Y también era raro verlo caminar por el pasillo cuando se suponía tendría que estar frente a un grupo.

Afortunadamente en ese momento, sonó la alarma de su reloj indicándole que la clase había terminado. Podría averiguar qué traía entre manos, y por qué a pesar de comportarse con él como siempre lo había hecho, le parecía algo demasiado extraño, teniendo en cuenta el contexto de tres días atrás. 

- ¿Señor Kanawut? – preguntó un joven que solía tomar la clase por obligación de su madre, pero que lo hacía muy bien, el chico tenía un gran talento.

- Dime, Bruce – respondió Gulf mientras guardaba su instrumento. 

- Mi madre me ha dicho que le preguntase si yo puedo presentarme a la audición que se hará para el concierto benéfico de navidad – comentó desanimado. 

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