Episodio 8: ¿Amigo?

3 1 0
                                    

La lluvia golpeaba fuertemente las ventanas de aquella clase, el ambiente era húmedo y pesado, por lo que no estaba de humor para vengarme hoy, más bien sólo quería quedarme todo el día sentada en la silla sin moverme. Estaba tranquila con mis audífonos escuchando Cold Blooded, hasta que uno de mis compañeros se acerca a mí, teniendo que quitarme los audífonos para escucharlo.

–Hola, soy Kain, llegué este año, ¿cómo te llamas?.– Saludó amablemente. Me sorprendió el hecho de que somos de la misma altura, aunque él es castaño y con su cabello levemente ondulado peinado hacia atrás, su piel tan blanca como un papel y con algunas pecas, sus ojos oscuros, pequeños y rasgados, con los labios rosados dándole vida a su rostro.

–¿Por qué mierda me estás hablando?.– Lo comencé a mirar fulminante, aún así el chico no borró su sonrisa, al contrario, extendió su mano en forma de saludo, esperando ser correspondido.

–Te vi muy sola y como no tengo amigos decidí saludarte.– Contestó con la misma amabilidad, aún con su mano extendida. Eso logró confundirme, mi mala actitud no le importó al joven, lo que me provocó una pizca de admiración, así que le devolví el saludo.

–Yo soy Caos y no necesito un amigo.– Dije lo más cortante y fríamente que pude, esperando que se fuera, pero aún así el castaño se sorprendió de forma inocente, sentándose a mi lado.

–Wow, que nombre tan genial.– Dijo sincero, sin recibir respuesta de mi parte. Yo había comenzado a jugar con mi lápiz, estaba muy incómoda, esto no me había sucedido nunca –Oye, eh visto que luego de ser mala con las personas anotas algo en una libreta, ¿qué es?.– Y ahí estaba la razón del interés del chico.

–¿Y eso a ti qué te importa?.– Eso me hizo ponerme rápidamente a la defensiva, podría ser alguien que enviaron a robarme información, tenía que ser precavida.

–Es que las chicas a las que les hiciste eso fueron malas conmigo, así que quise darte las gracias por alejarlas.– Los ojos del castaño expresaban vergüenza al recordar lo que le habían hecho. Me di cuenta de inmediato, casi siento lástima por él.

–No lo hice por ti.– Aclaré, borrando ese sentimiento, no podía mostrar debilidad.

–Lo sé, simplemente admiro tu fuerza de voluntad.– Esto me hizo feliz en cierto modo, aún así mantuve un semblante neutral, sin saber que hacer.

–Bien.– Me limité a decir, desviando la mirada del chico.

–Seamos amigos.— Dijo felizmente, alterandome por completo. ¿Qué es esto, un jardín de niños?.

Uno de los profesores entró al salón, saludando a los estudiantes, quienes le devolvieron el saludo, menos nosotros dos, que manteníamos aquella extraña conversación.

–Jamás.– Sabía que el chico no mentía sobre su estadía en el colegio, ya que realmente no lo conocía, pero tampoco podía confiar en él, al menos no tan rápido.

–Vamos, ¿por qué no?.– Esta vez el castaño formó un puchero de tristeza, haciéndolo ver muy tierno.

–Eso tampoco te interesa, ahora presta atención.– Ordené, no sabía como tratarlo, era totalmente opuesto a mí.

Kain me hizo caso, aún así estaba de mal humor por la respuesta que le di. Ese gesto me hizo sonreír  disimuladamente, al verlo fruncir el ceño.

[...]

Aquél chico había dejado de molestarme luego de que negara su amistad, por lo que estaba más relajada. Kain no parecía malo, menos alguien que intentara robarme información, pero ya me había dejado influenciar por las apariencias y eso había terminado muy mal.

Estaba dirigiéndome a las clases de karate, como normalmente lo hacía. Llegué, saludé a mis compañeros y le di comienzo a la serie de estiramientos, todo era normal. Hasta que vi una cabellera ondulada al otro lado de la habitación. El chico al verme me saludó energéticamente con una sonrisa, para luego acercarse.

–¿Tú otra vez?.– Puede que estuviera algo sorprendida por su presencia, pero eso no evitó que recibiera una sonrisa del joven.

–Sí, en la ciudad donde vivía iba a clases de Karate, así que busqué una aquí, realmente no creí que te fuera a encontrar.– Contestó el castaño sin dudar, aún así para mí era muy difícil creerle.

–Claro, cuéntale esa historia a alguien más.– Mi sarcasmo no tardó en aparecer, hasta que vi el cinturón de Kain, el cual también era rojo.

–Es verdad, podemos tener una pequeña pelea si no me crees.– Ofreció amablemente el joven. Era normal hacer pequeñas peleas entre las clases para entrenar o, en este caso, medir la fuerza del oponente.

Lo miré por unos segundos, estaba completamente dispuesta a pelear con él, sólo quería ponerlo nervioso, lo que no funcionó.

–Está bien, como quieras.– Respondí neutral, pero emocionada por dentro.

Nos alejamos un poco de los demás estudiantes, para poder movernos con más libertad, parándonos a un metro de distancia, para luego mirarnos. Noté que por primera vez el castaño no estaba sonriendo, si no que estaba completamente serio.

–Empecemos.– Kain anunció el inicio de la pelea, recibiendo un inesperado golpe izquierdo de mi parte, el que pudo esquivar por poco.

Eso realmente me había sorprendido, normalmente nadie veía venir ese golpe y menos a la primera. Lanzabamos golpes y el otro los desviaba con habilidad, para luego mirarnos por algunos segundos antes de volver a atacar.

Estoy sorprendida, nadie se había mantenido más de cuatro minutos peleando conmigo. No estoy intentando alardear, sólo que el castaño realmente se estaba ganando mi respeto, una habilidad así no puede ser mentira.

Nos mantuvimos de esa manera por unos minutos, hasta que vi una oportunidad, cuando un mechón de cabello cubrió el rostro de Kain él se distrajo levemente, por lo que lo golpeé con una patada 360 tan rápido y suave como me fue posible, logrando tirarlo.

El joven ya en el suelo sostuvo su mejilla adolorido, aunque era soportable, estaba segura que él sabía que esa no había sido toda mi fuerza. Aún seguía impresionada, por lo que me senté a su lado.

–Perdón por el golpe.– Dije un poco apenada, tal vez fui muy brusca, pero no había hecho trampa, así que estaba orgullosa de seguir invicta.

–No te preocupes, era una pelea de todos modos.– Aclaró el chico mientras se sentaba, aún con la mano en su mejilla.

–¿Amigos?...– Esa pequeña demostración me había enseñado que Kain no mentía, no había razón para rechazar su amistad.

–¿En serio?.– Preguntó incrédulo, para luego recibir un asentimiento de mi parte –¡Genial!.– Sacó su celular de su bolsillo rápidamente, comenzando a teclear.

–¿Qué haces?.– Lo miré confundida, viendo al emocionado joven enviar lo que parecía un mensaje.

–Le escribo a mamá para decirle que ya tengo una amiga.– Respondió inocentemente el castaño, provocando que yo comenzara a reír por lo tierno que era.

–Entonces yo también le escribiré a papá.– Dije sacando mi celular, entrando a la cámara y estirando el brazo –Mira la cámara.– El joven miró confundido, por lo que rápidamente apreté el botón, tomando la foto.

–La quiero, una foto con mi primer amiga.– Pidió el chico, llamando mi atención con ese comentario.

–Somos tan lamentables.– Susurré para mí misma, haciendo reír a mi nuevo compañero.

Instagram: @ene-writer

La Venganza Del Caos |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora