Hoy tenía ganas de hacer algo... no lo sé... algo que llamara un poco la atención de todos y los alterara, al menos un poco. ¿Por qué?, fácil, estaba completamente aburrida.
No había hecho nada desde la exposición y sentía que todos extrañaban un poco de Caos, o eso quería creer, porque no me importa en lo más mínimo lo que prefieran los demás, yo sólo quería volver a crear inquietudes mientras mi siguiente plan seguía en marcha.
Llegué a mi clase con una gran bolsa de basura, esta era negra, así que no se podía ver lo que había en el interior. Muchos estudiantes la quedaron mirando, pero al verme llevándola voltearon rápidamente el rostro, volviendo a sus conversaciones. Localicé a Kain en una de las esquinas, así que me fui a sentar con él. El castaño miró extrañado la bolsa y luego a mí.
–¿Qué es eso?.– Se quitó los audífonos antes de preguntar aquello.
–Ya lo escucharás.– Le guiñé traviesa, notando como mordía "disimuladamente" su labio inferior.
–Uh, que intriga.– Sus dedos comenzaron a moverse sobre la mesa, sin duda quería saber lo que había.
Pasaron unos minutos donde hablábamos sin sentido, más jóvenes llegaban y hacían lo mismo que nosotros. Era el momento de actuar. Aproveché que nadie nos miraba y me paré lentamente, dejando confundido a Kain, pero él ya se hacía una idea.
Me puse frente a la bolsa, formando una sonrisa malvada, antes de levantar mi pie y pisarla. Un ruido muy, MUY fuerte, como de disparos múltiples se escuchó en todo el salón, logrando que todos gritaran asustados. Yo comencé a reír a carcajadas, contagiando al castaño.
–Sólo eran unos inofensivos globos.– Intenté fingir una sonrisa inocente, aunque creo que me vi más malvada de lo normal, pero eso también servía.
–Estúpida...– Susurró un chico, quien se tensó cuando lo volteé a ver, fulminandolo.
–¿Alguien te pisó las bolas para que hablaras tan bajo?.– Pregunté, colocando mis manos en mi cintura.
–Uh...– Dijeron los demás al unísono, avergonzado al chico, pero sólo escuchaban la conversación, nadie se metía más de eso.
–Te crees la gran cosa.– Finalmente volteó a mirarme, intentando intimidar, lo que no funcionó para nada, ya que yo también afirmé la mirada.
–Querido, soy la gran cosa, sólo que tu pequeña mente no lo procesa.– Corregí, enfatizando que definitivamente lo era.
–Crees que puedes controlarnos a todos con miedo...
–¿No es lo mismo que ustedes hacen?.– Luego de eso, él se quedó en silencio durante un largo tiempo, hasta que desvió la mirada –De todos modos, no me compares con esos básicos.– Le lancé un beso, antes de volver a sentarme junto a mi amigo, notando como la profesora entraba.
[...]
–¿Quieres ir ayer a mi casa?.– Dije rápidamente, tan avergonzada que no había pensado antes de hablar.
–¿No querrás decir hoy?.– Había soltado una pequeña risa mientras lo decía, derritiendo mi corazón.
–Sí, eso. ¿Quieres?.– No iba a dejar que esos sentimientos volvieran, o al menos aún no, así que sacudí mi cabeza.
–Claro que sí...
Y nos encaminamos hacia mi casa. Papá quería conocer a mi primer amigo, así que íbamos a cenar y pasar el rato entre los tres.
[...]
–Papi, llegamos...– Estaba nerviosa sin duda, lo más probable era que papá se emocionará mucho.
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La Venganza Del Caos |+18|
Подростковая литература"Ahora es mi turno de cobrar venganza"