Hoy estoy ansiosa y emocionada, incluso había colocado el canal de las noticias para ver mi gran obra de arte. Aunque intenté ser disimulada ya que papá está sentado a mi lado trabajando en su computadora.
Esperé mientras hacía mis tareas para el colegio, hasta que finalmente escucho al reportero de mediana edad decir: "la millonaria Stella Rothen fue encerrada hoy por ser sospechosa del asesinado de su esposo, el señor Paul Scott, anterior dueño de la prestigiosa empresa que le heredó a su pareja antes de morir".
En ningún momento miré la pantalla, simplemente me limité a escuchar escribiendo en mi cuaderno y manteniendo una leve sonrisa triunfante. Mi padre al parecer se dio cuenta de quien se trataba y cambió de canal tan rápido como pudo, mirándome por el rabillo del ojo notablemente preocupado. No tienes que preocuparte papá, yo hice eso.
Por suerte cuando le conté a mi padre que renuncié ya tenía una excusa armada, básicamente que no había aguantado el estrés de estudiar y trabajar al mismo tiempo. Eso claramente era mentira, porque lo único que hice en esa empresa fue destruirlo todo de una manera discreta, eso se sintió tan bien.
Me siento realizada ahora que completé todas mis venganzas, las voy a extrañar mucho, pero supongo que ahora puedo encargarme de mí misma.
Continuamos nuestras tareas "tranquilamente", aunque notaba a mi padre algo inquieto, seguramente incómodo y sorprendido por la repentina noticia. De todos modos hay algo que me alegra y es que al menos no fue mi padre el que murió en las manos de esa mujer. Sé que de todos modos alguien fue asesinado, pero no él, eso me dejaba vivir tranquila por un poco más de tiempo.
[...]
Me encontraba finalmente en el colegio, buscando a mi mejor amigo por todas partes en el patio principal. Estuve así un rato hasta que lo encuentro reclinado bajo un árbol leyendo un libro y escuchando música.
Decidí acercarme a él sigilosamente mientras intento no entrar en su campo visual, ya que sus sentidos son muy agudos y prácticamente era imposible sorprenderlo. O eso creía.
Llegué desde su espalda dando un pequeño salto, agarro sus hombros mientras suelto la palabra "Boo" en un tono razonable. Él se tensó, quitándose los audífonos muy rápidamente antes de voltear a mirar hacia atrás asustado, donde me encontraba yo con una amplia sonrisa riéndome de su cara.
–Casi me matas.– Me recriminó respirando agitado, manteniendo una mano en su corazón sintiendo sus acelerados latidos.
–Tal vez me pasé.– No me arrepiento de mi pequeña broma, incluso aún estoy tratando de no reírme de su cara, aún parecía algo sorprendido.
–Me da igual, fue divertido. Hola, Caos.– Saludó al calmarse, tan amable como siempre.
–Hola, guapo. ¿Viste las noticias hoy?.– Le pregunté a Kain tan pronto como estuve a su lado, porque sí, me había alejado de él al asustarlo. Intenté sonar coqueta y logré hacerlo sonreír.
–Claro que sí, no me perdería tus planes por nada.– Me contestó de la misma manera, acercando su rostro al mío sin borrar su anterior expresión.
–Ay me sonrojas.– Y no mentía, está tan cerca que podía sentir su respiración, lo que sin duda me pone nerviosa. Desvio mi mirada a sus labios, estos me tientan con su lindo color rosado, pero elimino de inmediato esos pensamientos.
Basta, no puede gustarte, te volverás a hacer daño. Esa molesta voz en mi cabeza no paraba de recordarme mis malas experiencias, pero ¿qué si lo quería intentar de nuevo?, Kain no parecía ser como los demás. Tiene ese no sé qué que te hace saberlo, el mismo no sé qué que me hace quererlo cada vez más... no creo que pueda dejar de sentir esto por él... tampoco quiero dejar de sentirlo...
Nos miramos intensamente por algunos minutos, pero no me di cuenta de esto hasta que el timbre de entrada sonó, sacándonos del pequeño trance. Podría mirar sus oscuros y pequeños ojos todo el día, pero si quería mantener mis calificaciones era mejor que siguiera estudiando.
Caminamos con calma hasta nuestro salón, que al entrar me encandiló un poco, era tan blanco que resaltaba con el sol entrando por la ventana. Nos sentamos en la misma fila del medio como siempre.
–¿La tachaste?.– Me lo dijo tan repentinamente que no supe de lo que hablaba hasta que señaló mi mochila, al entender negué y saqué mi libreta.
Busqué la página con toda la tranquilidad del mundo, incluso en ese tiempo el profesor entró y acomodó sus cosas para comenzar a dar la clase. Hallé la lista, dándole una rápida mirada a Kain, para tachar el último nombre de Stella luego de volver a mirarla. El mismo sentimiento de satisfacción me absorbió cuando contemplaba todos los nombres cubiertos.
No me resistí a soltar un suspiro de alivio, volviendo a mirar al castaño que está a mi lado. Él me sonrió cálido por unos momentos, hasta que decidimos que ya era hora de prestar atención a las explicaciones del profesor de Física. Aunque lo que más me entretiene en su clase es ver su rojo cabello, obviamente teñido, ya que es tan fuerte como una frutilla.
¿Terminé mi lista de una buena forma?, tal vez debería hacer algo más, pero ya no me queda nadie y no pienso hacerle algo a personas inocentes.
Hice todo lo que quería, ahora sólo tengo que disfrutar de los pequeños momentos de paz, estoy casi segura de que alguien intentará cobrar venganza, por experiencia propia. Pero puedo contraatacar de forma rápida, ya no soy la misma niña indefensa y manipulable que era.
También tengo el apoyo de Kain, sé que si lo necesito no dudará en unirse, hasta creo que él mismo me lo pedirá, no lo he incluido mucho, pero es mejor así. Por dentro sé que es tan malvado como yo y adoro que su constante sonrisa haga confundir a las personas.
Ya está decidido, quiero decirle lo que siento, necesito hacerlo. Puede que no corresponda pero igual podemos ser amigos, no tengo ningún problema con eso. Sólo quiero decirle para quedar completamente en paz.
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