Capítulo II D

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Creo que luego de todo lo que había pasado con Nicolás, habíamos llegado a la conclusión como mutuo acuerdo de tener una relación amorosa como la gente normal, al menos así dejaba de pagarle por esta farsa que habíamos montado, si eso servía de algo entonces servía para dejar de gastar dinero en estupideces.

Me hubiese gustado decir que esa farsa que montamos con Nicolás duró poco, pero no duró poco, de hecho duró un poco más de 1 año por no decir más, yo no sabía de dónde había sacado la fuerza de voluntad para poder mantener una relación como aquella tanto tiempo con una persona como él, pues en ese año me di cuenta que quizá no éramos tan amigos después de todo.

Tenía 16 años y Nicolás fue mi primera "pareja" la verdad es que habíamos pasado de mejores amigos a ser esas parejas que casi ni se separan del otro, sí, se podría decir que ese fue el desarrollo de nuestra relación, pero mientras más tiempo pasaba con Nicolás más le conocía y menos me gustaba su comportamiento.

Yo la verdad es que no era mucho de socializar en las fiestas, por eso estaba en la esquina del salón, mirando como Nicolás bebía ya el tercer vaso de alcohol de la noche, la música retumbaba en mis oídos y las luces parpadeaban, creando una atmósfera que no me parecía muy agradable.

Nicolás se dirigió al jardín y el nudo en mi estomago me indico que algo no estaba bien, el jardín estaba lleno de gente conversando y riendo, al menos la música ya no se escuchaba tan fuerte, por mi lado yo mantuve mi vista en Nicolás, la verdad es que al principio no reconocí a la chica, solo vi como Nicolás jugaba con su cabello mientras le decía un par de cosas muy cerca de ella.

La verdad es que cuando los vi besándose me hubiese gustado sentirme triste, quizá enojada pero no fue el caso, yo solo preferí irme de la fiesta, después de todo esas fiestas las daban los amigos de Nicolás y yo por lo general no me llevaba con ellos y mientras caminaba a casa a eso de las 2 de la mañana me preguntaba cómo era que había sido tan idiota como para confiar en Nicolás.

Para ser cerca de las 3 de la mañana aunque lo intentaras no ibas a poder entrar a la casa sin que mamá o modir se despertaran, mamá no tenía el sueño muy ligero, pero modir sí y sabía que a modir no le iba a costar nada darle un codazo a mamá para que bajara a ver qué es lo que ocurría o porque había ruido precisamente en la puerta de casa.

Adelina podía llegar a ser un dolor de culo cuando se trataba de la seguridad de casa, aunque nunca había pasado nada ella siempre estaba pendiente de ello, de que las ventanas estuvieran bien cerradas, la puerta de casa estuviera con llave y pobre de ti que metieras un ruido en plena noche porque ella era la primera en escucharlo por más mínimo que fuera.

Por eso cuando entré a la casa y cerré la puerta no me sorprendió ver a mamá en la escalera mientras se refregaba el rostro, como diciendo que no entendía que es que lo que estaba pasando, casi no sabía porque la habían hecho levantarse a las 3 de la mañana y por muy mala hora que fuera ella estaba ahí de todos modos, si llevaba a ser un intruso quien entraba a casa en ese momento entonces no se que haría mamá porque estaba demasiado dormida.

— Ya volví — comenté en un susurro y subí las escaleras sin decir más, ¿Qué más le iba a decir? al menos con hablarle asumía que podría reconocer mi voz y así irse a dormir ya de una vez.

— ¿Te viniste sola? — preguntó y sabía que su preocupación era genuina, también sabía que si le decía que me vine caminando sola me iba a regañar, lo que también era genuino en ese momento era mis ganas de no hablar y de irme a la cama ya de una vez.

— No, una amiga me vino a dejar — "amigas" yo no tenía "amigas", consideraba que la gente que había en la escuela eran lo suficiente desagradables como para poder entablar una conversación con ellas, para ellas todo el dinero y apariencias.

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