A ver explicación, dentro de mi cabeza de 18 años sonaba buena idea sacarle las llaves del Bugatti a mamá para ir carreras de auto ilegales a eso de las 3 de la mañana, llevaba casi 6 meses haciendo esto y en mi cabeza de adolescente carente de atención creía que mamá no lo notaba, a las 2 de la mañana sacaba las llaves y volvía a casa a eso de las 4.30 de la mañana antes de que modir se despertara, pero al parecer 6 meses era suficientemente bueno como para que mamá no lo notara.
Cuando volví a casa mamá estaba sentada en la entrada de esta mientras fumaba un cigarrillo, no tenía cara de cansada, tenía cara de enojada y eso lo noté cuando ya era muy tarde como para decidir que no era muy buena idea llegar a casa, estacioné el auto en donde correspondía y me acerqué a mamá esperando que me regañara o algo así, ella no se quitó el cigarrillo de los labios, tampoco dijo nada, solo extendió la mano pidiéndome las llaves del auto mientras soltaba el humo del cigarrillo.
— Que no se vuelva a repetir — fue todo lo que dijo en el momento, ambas nos quedamos de pie fuera de la casa, mamá fumando y yo solo existiendo, esperando que ocurra algo mientras me moría de frío, dieron las 6 de la mañana cuando modir salió de la casa, mamá ya iba como en el décimo cigarrillo.
— ¿Qué ocurre? — preguntó modir, con un poco de suerte asomo la cabeza por la puerta y con justa medida el clima no estaba para salir de casa en pijama.
— No es nada — le respondió mamá mirando el cigarrillo que tenía entre los dedos.
— ¿No es nada? — volvió a preguntar modir y le quitó la cajetilla de cigarrillos de las manos a mamá, sabía que modir controlaba mucho a mamá sobre eso de fumar, pero no creí que lo hiciera tanto — Te sentí levantarte temprano y te fumaste más de la mitad de la cajetilla en una noche Arias, si no es nada entonces no sé qué es, sabes perfectamente que no te voy a comprar otra hasta dentro de tres meses — En resumidas cuentas, mamá podía fumar, pero modir solo le compraba una cajetilla de cigarrillos de 20 cada 4 meses y sabía qué mamá también podía comprar sus propios cigarrillos, pero quizá era demasiado cobarde como para desafiar a modir y siendo realistas creo que todos los que vivíamos en la misma casa que modir aprendíamos a tenerle cierto grado de respeto.
— Sabes que te amo ¿Cierto? — modir negó con la cabeza, no es que no lo supiera, es que algo no le agradaba y sabía qué mamá le decía aquello con la intención de apaciguar su mal humor a esa hora de la mañana.
— No me gusta que fumes, lo sabes y me gusta mucho menos que dejes la ropa apestada a cigarros, no tienes ni idea de cuánto cuesta quitarle ese olor — modir se metió en la casa nuevamente y mamá se levantó de donde estaba.
— Una vez más que saques el auto de tu madre Diane y te juro que no me pienso dos veces en decirle, después te vas a acordar de mi Diane — me señaló con el dedo y yo solo asentí con la cabeza.
En mi cabeza de 18 años no sonaba como amenaza en el momento y fue por el tono de voz que había utilizado, quizá su intención no era que fuera una amenaza, sino que darme a entender que estaba haciendo algo mal, pero en mi cabeza de 18 años encontró prudente volver a sacarle las llaves a mamá luego de 2 semanas de que ocurriera aquello.
Quizá era la adrenalina lo que me gustaba de esas carreras medias ilegales que se llevaban a las afueras de la ciudad, tal vez lo que me gustaba era la cantidad de atención que recibía cuando llegaba en el Bugatti que a pesar de no ser el mejor auto para carreras la verdad es que igual era llegar en un auto de unos cuantos millones de dólares atraía a más de un par de miradas curiosas y tal vez lo que más me gustaba de aquellas carreras medias ilegales era el dinero que se ganaba por ellas, sobre todo si quedabas en uno de los primeros 3 lugares y si me preguntáis a mi, en los últimos 6 meses había ganado una cantidad de pasta considerable haciendo aquello.
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Descendientes
Novela Juvenil¿Os habéis preguntando que ocurrió con los hijos de Adelina Gregson y Lara Arias? Si os habéis preguntado aquello, quizá aquí estén algunas respuestas. Cuando no la vi entre la gente no debí haberme sentido mal, pero una parte de mi quería llorar, ¿...