Sin salida

Cap. 10

Me sorprendí al oír su tono de tranquilidad en una situación como esta, donde estamos rodeados de hombres come carne, pero sabía que no había tiempo que perder, así que me subo con Phill al autobús y nos sentamos en la parte de atrás. Me impresiono cual llenó estaba. Había muchas personas de diferentes trabajos, pero todos con rasguños, quemaduras, o algún tipo de herida. Luego Carl hablo:
-¡Muy bien muchachos, enciendan el motor!- dijo, y luego nos señalo a nosotros. -Ustedes dos deben saber las reglas. Hay tres. Regla número uno. No dañar a ningún otro pasajero. Regla número dos. No llamar la atención hacia nosotros, y reg...-
Su voz fue interrumpida por un sonido muy fuerte, como de un derrumbe. Carl se movió inmediatamente hacia la ventana. Yo también me fije, pero baño vi nada. Estaba a punto de voltear cuando vi un movimiento. Algo muy lento y corto, pero lo vi. Después la imagen se hizo más grande hasta ser visible por todos los del camión. Eran muchas personas, gritando, corriendo hacia nosotros.

Inmediatamente Carl obligo a todos a sentarse y el conductor pisó el acelerador. El carro de empezó a mover lentamente mientras toda esa gente ganaba terreno corriendo locamente. Y pude distinguir a uno de ellos. Aunque creí que estaba muerto, vivió lo suficiente para ser infectado. El taxista corría con la multitud. Y parecía ser el primero. Después de eso el camión acelero rápidamente sobre la calle.

Mientras más Calles pasábamos, más oscuro se tornaba el cielo, hasta que fue cubierto todo con las nubes. Predicablemente, empezó a llover a cántaros. Aún así, siguieron manejando a gran velocidad. Entonces me di cuenta de que quizás no volvería a ver a mi familia. Esa despedida hacia la escuela pudo haber sido la última despedida que les hubiera dado.

Deje de pensar en eso y me dedique a investigar la mochila. Phill no habla desde la muerte de la señora. Así encontré unas cuantas cosas más, como una linterna, navajas, tijeras, y algunos manuales. Lo que más me sorprendió fue un manual por sí pasaba algo como esta situación. Como sí el gobierno estuviera preparado.

Cerré la mochila y me la puse en la espalda. No quería, perderla, ya que de eso dependía mi supervivencia. Y se que en estas situaciones cualquiera robaría hasta la muerte cualquier cosa que lo mantuviera vivo. Decidí contarle a Phill todo lo que había en la mochila y como administrarlo.
-Pero no podemos perderla, tuya que de esto depende nuestra supervivencia- dije sin pensar.
-Pero pásamela a mi, yo soy más fuerte- dijo.
Tenía razón, así que se la id, y el se la acomodo. Estábamos acordando acerca de la comida cuando de repente, el carro se empezó a deslizar sobre la calle mojada. Se Lolo un frenó rechinar, pero el coche perdía el control y no frenaba. De repente, el camión escolar choco con un pilar de un edificio, y el camión dio vueltas por toda la calle.

Sentí que iba a vomitar hasta que en un momento, un choque con otro edificio terminó las vueltas. Pero eso arruino el equilibrio. De repente, y sin ningún aviso, el camión se volteó y choco fuertemente en un cruce de X.

Estaba sangrando y aturdida, al mismo tiempo que mareada, pero tuve suficiente fuerza para levantarme. Pero lo que oí fue lo que me condeno.

Un montón de gritos se escuchaban desde el fondo. Y el volumen aumentaba cada segundo.